La
cuadrilla de blusas y neskak LUKEN cumple 35 años. ¡Felicidades! Con
motivo de las fiestas patronales vitorianas, han editado un atractivo
programa en el que han dado cabida a varias colaboraciones de destacados
articulistas gasteiztarras implicados con nuestra Institución. Es el
caso de Joseba Fiestras, Jose Mari Bastida "Txapi" y Eduardo Valle. Queremos reproducir el escrito que "Txapi" ha elaborado para LUKEN.
LUKEN
brusa eta nesken kuadrilak 35 urte betetzen ditu. Zorionak! Gasteizko
jai nagusien kariaz, oso egitarau-aldizkari polita atera dute eta bertan
gure Erakundearekin zuzen erlazionatutako zenbait laginen idazkiak agertzen dira. Horra hor, Joseba Fiestras, Jose Mari Bastida "Txapi" eta Eduardo Valleren ekarpenak. "Txapi"ren artikuluari ematen diogu tarte bat zutabe honetan.
=========..========
Han
pasado 100 años desde que en 1916 se le diese el nombre del alavés Vicente Goicoechea a la antigua calle
del Juego de pelota, convirtiéndose de este modo en la primera vía pública
gasteiztarra dedicada a un músico. Desde entonces hasta la actualidad, si bien
no en exceso, la música ha tenido un hueco en las denominaciones de nuestro
callejero. Hasta Beethoven tiene una
calle en la Ciudad. Pero esta es una revista festiva. Por tanto, ciñámonos a lo
relacionado con la música popular.
Existe
una habanera extendida a lo largo y ancho del planeta que es obra de
|
Jose Mari Bastida "Txapi" |
un alavés
de Lanciego fallecido en Vitoria: Sebastián
Iradier. A este compositor no se le dedicó calle alguna, para evitar
confusiones con otra ya existente, la de Manuel Iradier. Sin embargo, sí se le
dio el nombre de esa habanera, La Paloma,
a la calle que va desde la de Prudencio María de Verástegui a la de La
Esperanza.
Mariano San Miguel, compositor del
pasacalles Celedón, también tiene su calle en el barrio de Judimendi. En ese
mismo barrio, siguiendo el trazado del antiguo ferrocarril vasco-navarro,
tienen su espacio Los Aramburu (Juan,
Enrique y Luis). Uno de ellos, Luis fue el autor, entre sus numerosas
composiciones, muchas de ellas festivas, del Himno a la Virgen Blanca con letra
de Venancio del Val, ilustre
vitoriano que tiene una plaza dedicada en un lado de la calle Portal de
Castilla.
No
podemos olvidar a Alfredo Donnay,
cuyas canciones son indispensables en las sobremesas de cualquier celebración
festiva. También tiene su calle, precisamente en Arriaga, adonde mandaba
merendar unos callos a los pescadores en una de sus más populares canciones.
|
Bizente Goikoetxea |
En
Desamparados, se puede pasear por la calle de Jesús Guridi, el más insigne compositor vitoriano del siglo XX. En
sus obras, utilizaba con gran maestría los temas populares que había recogido
el gran musicólogo Resurrección María de
Azkue. Este personaje vizcaíno tiene en nuestra Ciudad dedicada una calle
pendiente de rotulación ubicada en Lakua, al lado de la nueva estación de
autobuses
Los
zortzikos de José María de Iparragirre
forman parte indiscutible de nuestra música popular. El bardo guipuzcoano tiene
una calle que discurre por Adurtza. Su obra más popular, Gernikako Arbola, también tiene su espacio en Arriaga-Lakua. Por
cierto, esta obra fue la primera que interpretó en su concierto de presentación,
celebrado el 1 de junio de 1916, nuestra este año
centenaria Banda Municipal de Música.
José Uruñuela, con vía
pública en San Cristóbal, trató con maestría la música
|
Jose Mari Iparragirre |
tradicional. Además
realizo coreografías basadas en nuestras danzas autóctonas. Ya que hablamos de
danzas, en el mismo barrio, la Plaza del
Dantzari honra a los intérpretes de ellas.En esa zona sur de
Vitoria-Gasteiz, están las calles que recuerdan a nuestros instrumentos
autócnos: la Alboka, instrumento que
estuvo a punto de desaparecer y que ha florecido (este año se ha celebrado el
día del Albokari en el pueblo alavés de Orbiso), la ancestral Txalaparta, rústico instrumento de
percusión, la Txirula, esa especie de
pequeño txistu que se toca en Iparralde, la Trikitixa,
esa pequeña acordeón de botones tan extendida en la actualidad, la Dulzaina, que, además de servir como
elemento musical para muchas de nuestras danzas alavesas, acompaña en nuestras
fiestas a los gigantes y cabezudos, y ¡cómo no! los Txistularis, elemento festivo por excelencia de nuestras fiestas,
también tienen allí su calle. La Blanca sin ellos sería distinta.
Disfrutemos
nuestras fiestas en las que algo tiene que ver todo lo arriba escrito.