Sabin Salaberrik ostera erakusten digu bere maisutasuna ondoko ekarpen aberatsarekin. Aramaioko musikariak Jesus Guridiren arlo erdi ezkutu batean sartzen gaitu, XX. mendearen aurreko hiru hamarkadetako ibilbidearen gaineko xehetasun argigarriak emanez. Gasteiztarrak abertzaletasunaren bideetatik jo bide zuen eta esku zuzena hartu zuen euskal abestien susperketan. Salaberrik bikain markatu du 1910-30 aldiko Guridiren zenbait ekarpenen nondik norakoa.
En 1940, Jesús Guridi abandonaba Bilbao y se trasladaba a Madrid, para ocupar la cátedra de órgano del Real
Conservatorio de Música y Declamación. Un año más tarde, en 1941, la Orquesta
Sinfónica de Madrid estrenó Diez melodías vascas en el Monumental
Cinema. Ese mismo año Guridi ingresó en la Academia de Bellas Artes de San
Fernando con su discurso “La música popular como materia de composición”. Casi
a continuación se escucharían en la capital de España las primeras versiones de
Seis canciones castellanas, Peñamariana, Sinfonía pirenaica y alguna
obra más.
Sorprende el triunfo del compositor vasco con antecedentes “sospechosos” en
ese momento de la postguerra. Otros músicos no tuvieron la misma suerte y
sufrieron las consecuencias de sus “devaneos” republicanos: Manuel de
Falla rehusó las ofertas que le llegaron desde Madrid y
murió olvidado en Argentina; los hermanos Halffter sobrevivieron penando en
Portugal y Méjico; el catalán Robert Gerhard no regresó desde su destierro en
Cambridge; y el navarro Fernando
Remacha tuvo que abandonar su actividad musical en Pamplona, para dedicarse a vender tornillos en la ferretería de sus padres en Tudela.
Guridi fue bien recibido en Madrid, a pesar de que en su juventud hubiera
colaborado activamente en organizaciones nacionalistas. Esto ocurrió en el
segundo decenio del siglo XX.
A principios de siglo, carlistas, nacionalistas y socialistas, movidos por la idea de modernizar las estructuras de
sus respectivas organizaciones, promovieron la creación de grupos juveniles,
con el propósito de involucrar a los jóvenes en labores de propaganda. Los
objetivos perseguidos tenían por finalidad crear centros de lectura, colaborar
en publicaciones, preparar conferencias, organizar actividades deportivas y
celebrar festejos populares. Las actuaciones no debían circunscribirse a
Bilbao: hacía falta salir de excursión a los pueblos, para extender allí la
acción propagandística.
Cuando Jesús Guridi
regresó de sus estudios en París, Bruselas y Colonia en 1907, Bilbao lo recibió
a como a un triunfador: en muy poco tiempo fue nombrado organista en la
basílica de Santiago, director de la Sociedad Coral y profesor en el
Conservatorio de Música.
Juventud Vasca del Partido Nacionalista Vasco captó inmediatamente a Guridi
para sus objetivos. Sabino Arana y sus seguidores eran conscientes de la importancia
de la música en sus fines propagandísticos; constituía una piedra importante en
la construcción de una comunidad propia y de un imaginario político; sin música
no se podía pensar en romerías, danzas populares e intervenciones corales.
Guridi venía de Europa con una preparación envidiable; su colaboración era
imprescindible.
Uno de los primeros pasos de Juventud Vasca fue recuperar la antigua
tradición de cantar por las calles en fechas significadas, como la víspera de
Santa Águeda. Xabier de Gortázar, presidente de Juventud Vasca de Bilbao y
Jesús Guridi, director de la Sociedad
Coral, fueron los encargados de seleccionar canciones
representativas para la ocasión (1). Guridi ya había utilizado en 1910 en la escena
décima de Mirentxu la canción Agate gabean, parece ser que
recogida personalmente por él. Pero, ni la estructura musical ni el texto
originales de la canción terminaban de gustar a Gortázar y a Guridi; por lo que
el músico introdujo algunas modificaciones en el trazado melódico y encargaron
la corrección del texto a Evaristo
Bustinza “Kirikiño”. Así nació Aintzaldu daigun Agate deuna,
que, desde aquel momento, se ha popularizado tanto en nuestros ambientes. La
canción, prácticamente en su totalidad, hace referencia a la santa y a la
tradición de cantar de puerta en puerta; pero hay un par estrofas, fruto de las
correcciones de Guridi y Bustinza, de fuerte contenido patriótico: “Euskadiren ohitura ederrak gaur berbizi gura
doguz... Aberriaren semiak gara, Euskadi da gure ama. Semeak ama maite daben
lez, maite dogu Aberria”.
Otra de las fechas significativas, para la que se reinventó la tradición de
salir a la calle a cantar, fue la noche de las hogueras de
San Juan. Como en el caso de Santa Águeda, se trataba de recuperar una costumbre ancestral, pero añadiéndole un
pequeño matiz de propaganda nacionalista. El canto seleccionado fue San Juan
de la Portaletaña, también recogido personalmente por Guridi, quien para la
víspera de San Juan de 1914 preparó una versión armonizada para coros; también
aquí se añadían un par de estrofas con texto de marcada temática nacionalista.
Por esos años, entre 1910 y 1920 se promovió en todo el País Vasco una
fuerte exaltación de la canción popular vasca. Las diputaciones vascas y la
navarra convocaron un concurso para la recogida de canciones populares por todo
el país. El jurado calificador premió los cancioneros de Resurrección
Mª de Azkue por su extensión, y el de Aita Donostia por su calidad. Jesús Guridi también participó en el
concurso, aunque su trabajo no obtuviera premio.
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Azkue |
Las colecciones de Azkue y Donostia, por diversas razones, tardaron más de
10 años en imprimirse. Pero el movimiento nacionalista, ansioso de aprovechar
todo este rico material para el uso de los aficionados y de los coros, que se
multiplicaban en los “batzokis”, se lanzó a la publicación de canciones en su prensa o en pequeños cuadernos. Para ello se sirvieron del diario “Euzkadi”,
que se fundó en Bilbao en 1913. En este periódico fueron apareciendo
semanalmente, entre febrero de 1913 y febrero de 1914, canciones con letra y
música, hasta alcanzar un número total de 46. Jesús Guridi y el Padre Donostia,
que firmaba como Udalaitz, fueron los responsables de seleccionar las obras que
merecían publicación.
Esta iniciativa sirvió como punto de partida, para que Juventud Vasca de
Bilbao editase a continuación varios cuadernitos de cantos vascos. En 1914
salió a la venta el primero, titulado Euzkel abestijak. Lenengo ingurrastija,
con 23 cantos. Durante los tres años siguientes, de 1915 a 1917, aparecieron
otros tres cuadernos. Se respetaban las melodías originales, pero había
alteraciones en los textos o se agregaban estrofas adaptadas a la ideología
nacionalista. No se sabe si Aita Donostia intervino o no, pero parece ser que
Jesús Guridi tuvo mucho que ver como asesor en la publicación de estos
cuadernos.
El análisis del contenido de los Euzkel abestijak permite distinguir
tres tipos de cantos: había populares “auténticos”, reproducidos tal como
habían sido recogidos por Azkue, Donostia o Guridi; había melodías populares
con modificaciones en el texto, con añadido de estrofas o versiones de
orientación patriótica; y canciones de nueva creación, de temática
nacionalista, alguna de ellas compuesta por Sabino Arana o por otros fundadores
del nacionalismo. Pero, fuera cual fuera la naturaleza de estos cantos, la
publicación carecía totalmente de solvencia crítica: en ningún caso aparecía la
información necesaria para saber si se trataba de cantos populares
“auténticos”, de melodías tradicionales en versión nacionalista o
piezas de nueva creación.
Por los mismos años, Euzkeltzale bazkuna (2) recogió y publicó
75 canciones, varias publicadas ya por el diario Euzkadi. Los criterios de
selección no cambiaron: entre las canciones había algunas originales (sin
modificaciones), otras con modificaciones de texto y, por fin, algunas de nuevo
cuño y notorio contenido patriótico. Tampoco en este caso se citaba el origen
ni las características. Se sabe que, como en las Euzkel abestijak,
algunas respondían a poemas de “Kirikiño” con música de Guridi. Pero había
algunas nuevas con música de Guridi pero cuyo texto era anónimo; se sospecha
que en algunos casos, el texto también era de Guridi.
Todo esto terminó en 1922 con la dictadura de Primo de Rivera.
Más tarde, en 1932, Jesús Guridi publicaría Euskal folkloreko XXII
abesti – XXII canciones del Folklore vasco. A esta colección pertenecen
ocho de las Diez melodías vascas (Sant Urbanen bezpera, Aritz adarrean,
Garizuma luzerik, Gentileri un, labatua, Ala baita, Asiko naz y Zorabiatua
naiz), tomadas del Cancionero Popular Vasco de Azkue. Las dos melodías
restantes, Ni Mendexara y Neure maitia, las recogió personalmente
Guridi, una en Lekeitio y la otra en Aramaio.
(1) Canciones recogidas personalmente por Guridi: Agate deunaren abestija,
Gabon gabean, Antón Aizkorri, Boga boga, Hator hator, San Juan de la
Portaletaña, Txakur galduba. Guridi incorporó estas canciones en Mirentxu,
El Caserío, Eusko irudiak y Leyenda vasca. El excelente tratamiento
de estas canciones por parte de Guridi, hizo que algunas de ellas, como Boga boga y Hator hator,
figuren en la opinión pública como obras originales del maestro.
(2) La asociación Euzkeltzale
Bazkuna fue creada en Bilbao por alumnos de Azkue y Bustinza “Kirikiño”. Su
órgano de difusión fue la revista Euzko-Deya, en euskera. Más tarde
(1929-1936) este mismo grupo publicó la revista Euzkerea. Publicaron el Método
gradual para aprender el euzkera. Además publicaron cancioneros, ofrecían
representaciones teatrales y organizaban concursos infantiles de euskera por
los pueblos.
Bibliografía
Bagües, Jon. “La música coral entre los vascos: una tradición vigente”. Cuenta y Razón. Noviembre-diciembre, 1993.
Euzkeltzale-bazkuna. “Euzkel-abestijak”. Bilbao, 1915-1917.
Ibarretxe Txakartegi, Gotzon. “El canto coral como entramado del nacionalismo musical vasco. El Padre Donostia y los constructos identitarios en el imaginario vasco”. Tesis doctoral, FICE, UPV/EHU, 1996.
Ruiz Descamps, Nicolás. “Música y nacionalismo vasco. La labor musical de Juventud Vasca de Bilbao y el uso de la música como medio de propaganda política”. Musiker, 17, 2010.
Zubikarai Erkiaga, Juan Antonio. “Nacionalismo musical vasco: un capitulo por cerrar”, Cuadernos de Alzate, nº 2.
TEXTO: SABIN SALABERRI
Argazkiak; Wikipedia, Amadeus Bilbao, Euskaltzaindia