Ondokoa Elisa Ruedaren hitzaldia da, irailaren 27an 2022ko Urrezko Zeledona jaso zuenekoa.El texto que sigue son las palabras que Elisa Rueda, dirigió al público al recibir el 27 de septiembre el Celedón de Oro 2022.
Dedico este Celedón de Oro a mi familia, y en especial a mis
padres, Eli Y Julián, gracias a ellos existo. Gracias a Iñaki, mi marido, a mis hijos Iosu y
Ania, por acompañarme en este
camino que recorremos juntos. Y a mis
nietos, Martin y Alize, que con sus risas llenan el aire de felicidad y me
inspiran tantas rimas.
El 11 de setiembre 1948 un joven de 18 años, Julián Rueda,
tras descarrilar en Santa Elena el tren en el que desde Jaén viajaba al norte,
llega a Markina – Xemein.
Con una maleta de cartón, esta que me habéis visto, una muda,
poca ropa… y toda la ilusión de crearse un futuro.
Diez años más tarde una hermosa joven, mi madre, Elisa
Valenzuela se viene con él. Su viaje de novios fue pasar por Madrid y quedarse
un día allí. En el Retiro un policía les quiso poner una multa por llevarla
cogida del hombro.
Me hicieron en Markina-Xemein y allí nací, pero desde muy
niña vinimos a Gasteiz, pasando antes por Eibar, donde nació mi hermano, ave
migratoria, pero que hoy está aquí, conmigo. Yo me siento gasteiztarra.
Os leo un poema en el
que hablo de mi niñez:
HABITACIÓN PROPIA CON ARMARIO
El interior de mi armario
era un campo magnético lleno de premoniciones.
Mi ropa,
toda ella cortada y cosida por mi madre,
-modista desde la cuna-,
compartía espacio con sábanas, manteles y toallas.
No recuerdo tener que ordenar el armario.
Había poco que desordenar,
y cuando hay poco, todo se recoge enseguida.
El armario tenía un espejo interior anclado a una puerta
lateral,
espejo de cuerpo entero, se decía.
Con la puerta abierta,
el espejo reflejaba la mesilla de noche y el perfil de la
cama.
Sentada en la balda baja del armario,
delante del espejo,
proyectaba sueños tras la alquimia del mercurio,
medía la luz de plata con los ojos entornados,
jugando a averiguar mi vida.
El resto del mundo estaba tras la puerta de mi habitación.
Jamás soñó aquella niña, Marieli, como me llama la familia y
amigos de siempre, con un día como hoy. Mi número favorito ha sido siempre el 8. Soy
la mujer número 8 que recibe el premio Celedón de Oro y es un gran honor y orgullo
para mí.
Deseo que las mujeres que están en nuestra sociedad, que
estarán o que estuvieron, y de las que tenemos tanto que aprender…, que sean
visibles, reconocidas…
Habitó mi niñez y juventud la calle Francia.
La lectura, escribir, inventar cuentos, poemas… soñar
sentada en el armario de mi habitación,
descubrir los rincones de la ciudad: me enamoré de los Arquillos donde el día, seducido por sus arcos, diseña
delicadas rimas de luz y sombras sobre un lienzo de piedra, la Plaza Nueva
donde dialogan los soportales con quien pasea por ellos, regalándonos un tiempo
de cálida quietud.
El cantón de Santa María era mi referencia, las tiendas
donde se compraba todo a granel, hasta los pintauñas, y las huertas… Crecí en
la ciudad, leí la ciudad, la interpreté, la saboreé, la estudié, la escribí, la
amé , la amo.
Ser maestra me ha enseñado mucho, he aprendido con y de mi alumnado,
de mis compañeros y compañeras en la enseñanza. Llevaré la marca de la tiza en
mis dedos para siempre. Mis primeros alumnos, que siempre serán mis niños y
niñas del colegio Samaniego. (eran 40 alumnos por aula) de 3 y 4 años. El
instituto Ekialde, donde creé el primer festival solidario con mi alumnado: música danza y poesía y fue el impulso para creer
en el poder de la poesía.
El Club de los Poetas Rojos, con quienes he participado en
numerosos recitales, gracias a ellos no olvido que la poesía tiene que ser
reflejo y denuncia del momento social en el que vivimos.
La cultura es un bien que tiene que estar al alcance de
todos, nos hace mejores personas, nos enriquece con valores que no se pueden
guardar en una cartera o en un banco. La cultura es el gran patrimonio de cada
individuo, es fundamental para alimentar un espíritu crítico que nos haga
fuertes frente a cualquier agresión, estamos viendo que ¡es tan fácil que todo
lo conseguido desaparezca!
Mis padres, inmigrantes de Jaén, era lo que me transmitieron
siempre. Aunque confieso que …decir: “tengo que estudiar” me sirvió en muchas
ocasiones para librarme de fregar los platos, o bajar la basura.
Desde siempre, la lectura (el cine también) ha sido mi
pasión, es tan importante para mí la lectura, que fomentarla es uno de mis
objetivos personales. Me gusta compartir lo bueno que descubro y la poesía se
ha convertido en mi gran locura y quise compartir esta pasión con la ciudad. Incorporar
la cultura, y en particular, la poesía a la vida cotidiana, especialmente
durante el mes de mayo con el festival Poetas en Mayo.
Creo en la palabra como transformadora social, integradora. Jamás pensé que ese festival de poesía que
creé tan txikia, desde mi querer compartir lo bueno que descubro, llamando a
tantas puertas para invitar a participar… jamás pensé que llegaría a ser un
evento que se extendiera a toda Álava y que se ha convertido en un hilo
conductor, en una red que nos une para que la lectura y escucha, tan
importantes, extiendan sus alas por Gasteiz y Araba.
Siempre supimos que la poesía es dueña de un poder
inconmensurable y misterioso y ahora sabemos que el lugar donde la poesía habita
es en Gasteiz y Araba.
Esta maleta con la que vino mi padre está llena de
agradecimientos,
Gracias a todas las personas y colectivos con los que me he
relacionado a lo largo de mi vida, quiero mencionar especialmente a Helios, Down
Araba, Cáritas, asociaciones de migrantes…que participan en el festival.
Gracias a todo el equipo que apoya Poetas en Mayo y me sigue
y se deja la piel en esta maravillosa locura, como definió Luis Eduardo Aute a
Poetas en Mayo. Gracias a las amigas y amigos que me han dado impulso y
consuelo. Gracias a las entidades que apoyan Poetas en mayo, y la cultura. El
apoyo de las instituciones, lo estamos viendo, es fundamental.
La maleta de cartón de mi padre acoge todos los
agradecimientos. Por si me he dejado a alguien, que venga luego, seguro que el
agradecimiento estará dentro de la maleta.
Este gran honor lo comparto con todas las personas que a lo
largo de mi vida habéis sido semilla en mí.
Y cierro la maleta, dando las gracias de nuevo a Celedones
de Oro, gracias Banda municipal, Luis Orduña, su director, Mulixka dantza
taldea, Coro sinfónico de Álava y de nuevo a mi familia.
Recibir el Celedón de Oro es la mayor emoción, orgullo,
honor que puedo recibir y además, son infinitos los efectos colaterales que
tiene. Es tanto el cariño, las felicitaciones que estoy recibiendo que no caben
en mi corazón, vuelan a mi alrededor, ni siquiera caben en la maleta. Además, es un privilegio recibirlo junto a
Gorka, el propio Celedón!
Maite dudan hiria,
zeinari baitagozkio nire ametsak,
non naturak, beti presente,
biztanleen nektarrarekin nahasia…
poesiari ateak ireki dizkio.
La ciudad que amo,
a la que pertenecen mis sueños,
donde la naturaleza, siempre presente,
se mezcla con el néctar de sus habitantes,
ha abierto todas sus puertas a la poesía.
Eskerrik asko guztioi!
Gora Gasteiz! Gora Celedón y Gora Poesía!
Argazkiak: Iñaki Ganboa