La
Paloma es, sin lugar a dudas, la canción más internacional de la historia,
que ha viajado a lo largo del tiempo por todo lo ancho del mundo, desde La
Habana hasta Zanzíbar. Fue cantada por el coro más grande del mundo, (88.600
personas) en Hamburgo, Alemania, el 9 de mayo de 2004.
Según los
entendidos, La paloma es la canción más versionada de todos los tiempos.
Ha formado parte del repertorio de las más grandes voces líricas del mundo: desde
María Callas hasta Julio Iglesias, pasando por Elvis
Presley, Bing Crosby, Duke Ellington, Mireille Mathieu y una lista infinita de
intérpretes. Nuestro recordado Primi González de Langarika reunió unas 1500
grabaciones diferentes, en versiones recogidas en todas las partes del mundo y en
todos los idiomas imaginables. El alemán Kalle Laar, a su vez, ha reunido 2.000
interpretaciones, aunque él considera que hay otras tantas desconocidas.
¿Cómo llegó
La paloma a adquirir esta fama internacional?
Como ya se ha dicho, la canción debe muchísimo a Korngold. Este compositor, nacido en 1897 en Brno, actual República Checa, alcanzó en su juventud cimas muy altas en la música del Imperio Austro-húngaro. Gozó del aprecio de Gustav Mahler, Richard Strauss, Jean Sibelius y Giacomo Puccini. Pero por su condición de judío tuvo abandonar su país y refugiarse en los EEUU de América, donde llegó a ser uno de los más importantes e influyentes compositores de la historia de Hollywood.
¿Qué le
debe La paloma a Erich Wolfgang Korngold?
Durante el
efímero reinado (de 1864 a 1867) en México del emperador Maximiliano I, una
jovencita tonadillera mexicana, Concha Méndez (1848-1911), que luego alcanzaría
gran fama, solía cantar en el Teatro Imperial de la capital mexicana La
Paloma de Iradier, canción ya conocida en el país, pero que aún se popularizó
mucho más gracias a las aportaciones de la artista.
Carlota de Sajonia-Coburgo-Gotha, hija de Leopoldo I de Bélgica y esposa de Maximiliano, era mujer de gran cultura: había sido educada para gobernar y contaba con amplios conocimientos en política, geografía, música y artes; hablaba francés, alemán, inglés, italiano y español. De ideas liberales, dejó a su país un gran legado de infraestructuras, obras sociales y de caridad; pero no gozó de popularidad entre sus súbditos, que la consideraban extranjera y apodaron como "La roja" por sus posturas radicales.
Carlota quedó
prendada de La paloma desde la primera ocasión en que la escuchó. La rindieron
por completo la cadencia de su ritmo y la nostalgia de su texto: “Si a tu
ventana llega una paloma, trátala con cariño: soy yo, que vengo a cantarte una canción
de amor”. Deseando escucharla, solía invitar a Concha Méndez a las fiestas de
palacio, para que interpretara la canción de Iradier.
El pueblo, consciente del gusto de la emperatriz por La paloma, se burlaba de ella, cruel y despiadado, cambiando el texto de algunos versos: “Si a tu ventana llega un burro flaco, trátalo con cariño que es tu retrato”.
Tras el
triunfo de la revolución juarista y el fusilamiento de Maximiliano se celebró
en el Teatro Nacional una función, en la que intervenía Concha Méndez. El
público le solicitó que cantara La Paloma con el texto burlón. La
cantante se negó por respeto a la emperatriz, que languidecía en Europa con la
razón perdida.
Los
guionistas de la excelente película Juárez, que William Dieterle rodó en
1939, incluyeron en el guion varias alusiones a La Paloma. Erich
Wolfgang Korngold, autor de la banda sonora, utilizó La Paloma como tema
recurrente en distintas ocasiones. Aparece ya como uno de los temas en la
“obertura” de presentación de créditos. Luego la escuchará la pareja imperial en
forma orquestal en la escena de la terraza de palacio, al atardecer, cuando
ambos sueñan con un futuro triunfal; Carlota (Bette Davis) va recitando las
estrofas de la canción. La Paloma reaparece como fondo orquestal en la
despedida de Maximiliano y Carlota, cuando ella emprende el viaje a París para
tratar de disuadir a Napoleón III de la retirada del ejército francés de
México. De nuevo va a sonar La Paloma a petición del emperador, como
última gracia antes de ser ejecutado, en recuerdo de su amada esposa; la
cantará una contralto, vestida de mexicana, representando a Concha Méndez.
La película
gozó de un éxito modesto. Pero La paloma se convirtió en la canción de
moda en todos los lugares de Europa y América, donde se exhibió el filme. Korngold
cuidaba con esmero sus partituras y daba a la música de cine el mismo valor,
que a la sinfónica o de concierto. Escribió composiciones brillantes, llegando a
recibir el reconocimiento de la industria hollywoodiense con un Óscar. Sus
partituras son consideradas como obras maestras en su género y ejemplos únicos
de cómo la música puede potenciar la emoción de las imágenes cinematográficas. En
el caso concreto de La Paloma, la canción llegó a alcanzar en el mundo
entero un éxito sin precedentes, gracias a las magníficas versiones ofrecidas
por Korngold en la banda sonora del film citado de William Dieterle.
TEXTO: SABIN SALABERRI
Argazkiak: wikipedia
Muchas gracias, Sabin, por el interesante artículo. Entre todos conseguiremos que La Paloma sea declarada "Patrimonio Inmaterial"
ResponderEliminarOso interesgarria. Mila esker Sabin. Muchas gracias Sabin por este interesante artículo.
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