domingo, 27 de octubre de 2024

AÑANA BISITATZEN - VISITANDO SALINAS DE AÑANA


Eguraldi kaskarra izan arren, Añanako Gesaltza pixka bat gehiago ezagutzeko Urrezko Zeledonek atzo antolatutako espedizioak bere helburua bete zuen.


Hogei bat lagun izan ziren lehenik Villaconesko Santa Maria parroquia bisitatu zutenak, eta bertan, Vanesa Martinez arkeologoak eta Pablo Gonzalo erretore eta EHU-UPVko historia garaikideko irakasleak bi ikasgai magistralekin bertaratutakoen jakin mina asetu zuten.

Jarraian, taldeak Gatz Harana bisitatu zuen, eta
7.000 urte baino gehiago dituen jarduera ekonomiko baten errealitatea ezagutu zuten bertatik bertara. Gatz-ustiaketaren instalazio berdinetan Juan Carlos Medina herriko alkateak eskaini zien hara joandakoei ongi etorria, eta bisita oroitzeko Zeledon estatuatxo bat oparitu zitzaion.

Añana Jatetxean ondo zerbitzatutako bazkariak Txus Torre bazkideak diseinatu eta gidatutako egun bikainari eman zion amaiera.

 

Por encima de las inclemencias del tiempo, la expedición de Celedones de Oro que dedicó ayer sábado a conocer un poco más de Salinas de Añana cumplió con su objetivo.


Fueron una veintena de socios y acompañantes los que acudieron, en primer lugar, a la iglesia parroquial de Santa María de Villacones, donde la arqueóloga Vanesa Martinez y Pablo Gonzalo párroco y profesor de historia contemporánea de la EHU-UPV ilustraron a los asistentes con dos lecciones magistrales.

A continuación, el grupo realizó una visita recorrido al Valle Salado, donde conocieron la realidad de una actividad económica de más de 7.000 años de antigüedad. En las mismas instalaciones del complejo salinero fueron recibidos por el alcalde de la localidad Juan Carlos Medina, a quien se hizo entrega de una estatuilla de Celedón conmemorativa de la visita.

Una bien servida cmesa en el Restaurante Añana fue el cierre a una magnífica jornada diseñada y conducida por el socio Txus Torre.









Txaro ere egon zen (kamerarekin) - Txaro también estuvo (con la cámara)




Argazkiak/Fotografías: UZ-CO (Txus Torre, Jose Antonio Arberas, JMVM)

viernes, 25 de octubre de 2024

GRAN FRONTÓN HOTEL

 Eduardo Valle gure bazkide eta ikerlari iaioak beste ekarpen bat bidali digu, oraingo honetan Gasteizen izan den ostatu baten gaineko erreferentzia zuzenak emanez. Fronton Hotel izenekoa adineko gasteiztarren baitan dago oraindik bizirik.  Mende oso bat beteko zuen hotelak 1924an eta artikulugileak aukera aprobetxatu du, bisitari askoren babesleku izan zen eraikin haren gaineko zenbait oroitzapen aurkezteko.


Hace muchos años que echó la persiana. No dejaba de ser un establecimiento como tantos otros que con el paso del tiempo se había ido quedando obsoleto hasta desaparecer de las matrículas industriales municipales. Pero en su momento tuvo gran importancia en la hostelería local y llegó a ser una referencia para muchos viajeros que “aterrizaban” en nuestra ciudad. También fue el lugar elegido por innumerables parejas vitorianas para sus banquetes de boda y escenario de ágapes y convites para festejar acontecimientos varios.

 Y es que en 1924, hace cien años, se inauguraba en la calle San Prudencio —donde se halla instalada la actual librería— el Gran Frontón Hotel, un edificio de notable aspecto que “encerraba” por el sur al Frontón Vitoriano, al que se accedía desde la propia edificación. Su propietario, Juan Alti Valdecantos, era arrendatario de la cancha vitoriana desde 1913. Al parecer, había visitado diversas ciudades del país y del extranjero para comprobar in situ el funcionamiento de hoteles importantes con el fin de aplicar lo aprendido a su gran sueño: instalar en Vitoria un hotel de categoría.

 El hotel Pallarés de la calle Postas vivía su última etapa mientras el Quintanilla de la esquina de Dato y San Prudencio se cerraría pronto al ser vendido el edificio donde radicaba. Estaba claro que Vitoria iba a necesitar un nuevo hotel con los servicios y adelantos propios de los nuevos tiempos y Juan Alti se hallaba dispuesto a asumir el reto.

 Las obras del nuevo edificio comenzaron en mayo de 1923 y se desarrollaron con rapidez. Tan es así que en fiestas de Vitoria de ese año ya se abrió al público la planta baja, aunque exclusivamente como restaurante. Para la primavera de 1924 los trabajos habían finalizado y sólo quedaba proceder a la inauguración, que tuvo lugar el lunes, 2 de junio, a las seis y media de la tarde, según la prensa local.

 Dicen que aquello fue el no va más y que Juan Alti y su esposa Pilar Martínez recibieron las felicitaciones de autoridades civiles y militares, magistrados, fiscales, funcionarios de alto nivel, mandos de la policía, diputados, abogados y de los chicos de la prensa. Hubo un lunch por todo lo alto, en el que corrió el champagne «… abundante, del más elevado coste…» y música en directo a cargo del sexteto del Nuevo Teatro, dirigido por el pianista Aurelio Alegría. Todo ello en el magnífico salón comedor decorado por el artista local Isaac Díez.

 Relacionar todos los invitados sería interminable, pero sí voy a citar a las trabajadoras al servicio del hotel que se curraron el asunto: Mercedes, Faustina, Carmen, Micaela, Clarita, María, Fidela y Natalia.

 Los reporteros destacados en el evento informaron también de las comodidades que ofrecía el nuevo hotel, entre las que destacaban las habitaciones con cuarto de baño propio y con calefacción por radiadores. Todo un lujo para la época.

 La lista de huéspedes ilustres del establecimiento es amplísima (incluso más larga que la de los invitados al lunch): intelectuales como Miguel de Unamuno, toreros como Marcial Lalanda —el del pasodoble—, políticos como Indalecio Prieto, etc.

Durante la Guerra Civil se alojaron en él militares alemanes y todo tipo de espías y contraespías que se movían por Vitoria en aquellos tiempos aciagos. Pero esa es otra historia.

 Tras el fallecimiento de su propietario fundador, el hotel pasó a estar dirigido por su hijo Efisio, hasta marzo de 1969, cuando la piqueta acabó con el edificio principal del hotel.

 Y digo “edificio principal” porque en 1929 el Hotel Frontón (o Frontón Hotel, indistintamente) se había ampliado con la sucursal que se acondicionó en la acera de enfrente, en el número 2 de la misma calle, y que continuó funcionando años después.

 Precisamente, en ese portal aún pueden verse las iniciales H y F. Al lado, en lo que había sido un local perteneciente a esa sucursal, se abrió en 1972 el bar H. F., trasladado en 2016 a su actual ubicación. Quizás sean los únicos elementos que todavía hoy recuerdan al Hotel Frontón, «Único de Primer Orden», como se anunciaba en sus primeros años.

Testua eta argazkia: Eduardo Valle

Testua Luken-2024 aldizkarian argitaratu zen

lunes, 14 de octubre de 2024

TRAS LAS HUELLAS DE ÁLAVA EN LAS CALLES DE MADRID. Un paseo por el centro (II)

Eduardo Madinaveitia bazkideak bigarren ekarpena bidali digu, Madrileko kale-izendegian Arabarekin nolabaiteko lotura dauzkaten kale eta bazterren inguruan.  Eskerrik asko Eduardo.

El socio Eduardo Madinaveitia nos envía una segunda aportación sobre las calles y rincones de Madrid conectados de alguna manera con Álava.  Gracias Eduardo.

============..===========

En esta ocasión mi paseo me llevó al centro de la capital, en la zona del Palacio Real.

Empezamos este recorrido en la Plaza de Isabel II, desde la que podemos contemplar la estatua de la Reina que le da nombre y la fachada trasera del Teatro Real, un edificio que, como muchas personas, guarda su mayor belleza en el interior. 


El teatro se construyó en la primera mitad del siglo XIX, entre 1818 y 1850, con proyecto del arquitecto López Aguado, sucedido a su muerte por Custodio Moreno. Todos los avatares que se vivieron a lo largo de su construcción dieron lugar a un edificio poco conseguido. Su interior ha experimentado varias remodelaciones hasta convertirlo en el Teatro de Ópera moderno que es hoy, dicen que uno de los mejores del mundo.

La estatua de Isabel II, realizada por José Piquer, se inauguró en 1850, más o menos a mitad de su reinado.

Si, mirando hacia el Teatro Real, nos dirigimos hacia la derecha, enseguida encontramos la calle Arrieta.


Arrieta era el apellido de mi abuela materna. En realidad el nombre de la calle se debe al compositor navarro Emilio Arrieta, que falleció en el número 8 de esta calle, cuando aún se llamaba calle de la Biblioteca. En España hay varios pueblos llamados Arrieta; incluso tengo una foto en la isla de Lanzarote ante un cartel que indica una localidad llamada así. Pero a mí me recuerda el pueblo de nuestra Llanada que podría ser el origen del apellido del músico.

En la calle Arrieta encontramos un edificio singular, actualmente en obras: la Real Academia de Medicina. En ese mismo lugar se ubicaba la Biblioteca Nacional hasta mediados del siglo XIX, que daba nombre a la calle. (1)



Arrieta es una calle corta, que termina en la Plaza de la Encarnación. Mirando al frente al terminar la calle podemos ver el Convento de la Encarnación 

que bien merece una visita. Se trata de un convento construido a principios del siglo XVII, en tiempos de Felipe III; el arquitecto fue fray Alberto de la Madre de Dios, uno de los mayores arquitectos del primer barroco español.

Girando a la izquierda frente al convento, hasta situarnos casi en paralelo a la calle Arrieta, nos encontraremos con la Plaza de Oriente, con el majestuoso Palacio de Oriente ocupando la mayor parte del horizonte hacia la cornisa Oeste de Madrid.

La Plaza de Oriente es el feudo de uno de los alaveses que ha triunfado más en España: el Cura Lezama. Luis de Lezama, nacido en Amurrio, periodista además de sacerdote, es uno de los precursores de la cadena COPE, la radio de la Iglesia, a principios de los años setenta. Pero como ha sido siempre más conocido es por su faceta como hostelero, con un grupo compuesto por más de veinte restaurantes situados en varias ciudades de España y Estados Unidos.

Este imperio hostelero nace como parte de su obra social: a principios de los años setenta funda La Taberna del Alabardero, para dar formación y trabajo a un grupo de jóvenes marginados con los que trabajaba en un albergue del barrio de Vallecas.

La Taberna del Alabardero no está propiamente en la 

Plaza de Oriente (curiosamente una de las plazas más occidentales del centro de Madrid) sino en la calle de Felipe V, frente a una de las fachadas laterales del Teatro Real.

Los que sí están en plena plaza, ocupando casi toda la fachada opuesta al Palacio Real (justo al lado del Teatro) son los otros restaurantes del grupo: el Café de Oriente y la Botillería del Café de Oriente. 


Son lugares en los que no es raro encontrarse con rostros conocidos de la sociedad madrileña. En el Café hay un rincón dedicado al dibujante Antonio Mingote, que tuvo allí su tertulia durante varios años.

En la plaza encontramos otro elemento que, al menos a mí, nos recuerda a Vitoria: a lo largo de dos paseos situados a ambos lados, perpendiculares al Palacio, encontramos un buen número de estatuas de reyes de los diferentes reinos que acabaron formando España: Asturias, Navarra, León, Castilla, Aragón y algunos reyes visigodos de antes de la invasión musulmana.

En el Parque de la Florida, donde tanto jugué a la salida del Instituto, existen cuatro estatuas de esa misma colección. Son las correspondientes a Ataúlfo, Sigerico, Teudis y Liuva I.

Intenté buscar a Sancho el Sabio o algún otro rey que tuviera relación con Vitoria, sin éxito. Hasta que encontré que Ataúlfo no sólo está en la Florida, también en la Plaza de Oriente.

Se cuenta que, cuando en el siglo XVIII se construyó el Palacio de Oriente, tras el incendio del Alcázar, se quiso adornar sus fachadas con estatuas de todos los reyes que hubiera habido en la zona cristiana de España a lo largo de toda la historia. Pero alguien se equivocó en los cálculos: la estructura del palacio no resistiría el centenar de estatuas de piedra de más de dos metros de altura que se habían construido. Así que se decidió distribuir las esculturas sobrantes por diversos lugares, entre ellos Vitoria. En la Plaza de Oriente hay veinte. Y no sé si hay muchas personas que sepan que Ataúlfo está en dos lugares a la vez: en el Parque de la Florida de Vitoria y en la Plaza de Oriente de Madrid.

Abandonamos la Plaza de Oriente y nos dirigimos hacia el Sur, dejando a la derecha la Catedral de la Almudena. La explanada que se sitúa entre el palacio y la catedral merece una visita a la hora de la puesta de sol.

Ahora giramos hacia el Este. Tomamos la calle Mayor en dirección a la Puerta del Sol, iremos dejando a los lados edificios muy interesantes como la sede del Consejo de Estado, el Instituto Italiano de Cultura o la Plaza de la Villa, con el antiguo Ayuntamiento.

En la acera de la izquierda, ya muy cerca de la Puerta del Sol, podemos tomarnos un aperitivo en una de las pastelerías más bonitas de Madrid, El Riojano, 

que bien podría proceder de la Rioja Alavesa.

Justo detrás de la Puerta del Sol, en la calle de La Paz, encontramos el Teatro Albéniz,


dedicado al compositor de ascendencia vitoriana Isaac Albéniz. Vuelve a ser teatro, uno de los muchos que ofrecen musicales, ahora compartiendo espacio con un hotel, después de diversos avatares, entre ellos ser uno de los cines en los que se proyectaban películas con las tecnologías más modernas de cada momento.

Desde ahí nos dirigiremos, ya como fin del paseo, hacia la calle de las Huertas. Pasaremos por las plazas del Ángel y de Santa Ana, seguro que muy transitadas; seguimos en una de las zonas más turísticas de Madrid. En el número 13 de la citada calle, en una casa con una bella puerta modernista, 


encontramos una placa de mármol que nos recuerda que en ella vivió y murió Ricardo Becerro de Bengoa, escritor, catedrático, académico, diputado a cortes por Álava y senador del Reino.  


Siempre recuerdo que en la calle de su nombre estaba el instituto donde yo estudié, en el edificio que actualmente ocupa el Parlamento Vasco. Por cierto, mi otra abuela, la paterna, se apellidaba Bengoa.

Becerro de Bengoa escribió varios libros sobre Álava (El libro de Álava, Descripciones de Álava,...); además fue, como mi padre, Ramón Madinaveitia, catedrático de Química, en su caso en el Instituto de San Isidro.

(1) Al pasar por el Teatro de la Zarzuela he visto que dentro de unos días ponen Marina, de Emilio Arrieta,



TRAS LAS HUELLAS DE ÁLAVA EN LAS CALLES DE MADRID. Un paseo por Chamberí (1)

https://celedonesoro.blogspot.com/2024/05/tras-las-huellas-de-alava-en-las-calles.html


Testua eta argazkiak: EDUARDO MADINAVEITIA (Paseante)

lunes, 7 de octubre de 2024

bideoa / PEDALEN ETA MIKROFONOEN ARTEAN JOSEBA BELOKIREKIN/ ENTRE PEDALES Y MICRÓFONOS CON JOSEBA BELOKI/ vídeo

  BIDEOA


Esan dezakegu oso hitzaldi interesgarria eta aberasgarria izan dela gaur arratsaldean Joseba Belokirekin disfrutatu duguna. Solasaldia aurrera joan heinean ziklistaren gainean komunikatzaile bikain bat igarri dugu. Era ederrean ziklismoak, eta oroar kirolak, dituen baloreak gairapen eta ospe gainetik daudela erakutsi digu Belokik. Akatsak, porrotak edota erortzeak hondamendi bezala ez baizik aukera moduan ikusi behar dugula komentatu digu ponenteak. Tonbola batean bizikleta tokatu zitzaion umea gizon bihurtuak bizitza, laguntasuna eta humanitatearen lekzio bikaina oparitu digu arratsalde honetan. Horrela ulertu du aretoan izan den publikoak eta horregatik zintzoak izan dira eskeinitako txaloak. 

    Hitzaldia bukaturik gure Urrezko Zeledona den Gorka Ortíz de Urbinak bazkide bezala ongi etorria eman dio, nola ez!, baieztatzen duen agiriarekin eta Zeledon iruditxoarekin. Joseba, mila esker eta ongi etorri!!! 

Hizlariaren aurkezpen txalogarria ere Jesus Prieto Mendazak eskaini duena.


    Podriamos decir sin temor a equivocarnos que la conferencia de esta tarde ha sido muy interesante y enriquecedora. Y es que Joseba, y en la medida que la charla avanzaba, se nos ha mostrado, además de como un ciclista consagrado, cosa que ya sabíamos, como un magnífico comunicador.

También digna de aplauso ha sido la presentación del conferenciante por parte de Jesús Prieto Mendaza, directivo de la asociación.


    Sus padres, aita de Zaldibia y ama de Arriaran, tuvieron que venir en busca de trabajo hasta Vitoria tras el cierre de la fundición en la que el cabeza de familia desempeñaba su labor. Desplazarse hasta Vitoria y adaptarse al cambio no fue fácil para el niño Joseba, pero gracias a la acogida brindada por sus tíos Primi y Cheli, del mítico Bar Bujanda (calle Independencia) aquellos comienzos se hicieron más llevaderos. Un local el "Bar Bujanda" en el que desde una mirada infantil reconocía a quienes eran los que encarnaban la figura de Celedón, primero Iñaki Landa y posteriormente Gorka Ortíz de Urbina, que durante décadas iban allí a recoger el puro festivo a encender el 4 de agosto.


    Ha iniciado su intervención recordando su infancia en la Ikastola Ikas Bidea de Durana y sus inicios en el Iturribero Kirol Taldea vinculado al mismo centro. Siendo muy pequeño en una tómbola le tocó una bicicleta y ya desde entonces soñaba con correr un día en el Tour de Francia. Bien, ese niño consiguió vivir ese sueño pero la tarea no fue fácil y estuvo sembrada de dificultades a las que tuvo que hacer frente. Precisamente nuestro ponente ha subrayado en numerosas ocasiones lo importante que es no trabajar siempre el éxito y la victoria, sino ayudar a quienes se inician en la práctica deportiva a gestionar sus fuerzas, sus objetivos y también a crecer con los fracasos, sacando las necesarias enseñanzas de los mismos.

    Gracias a un giro político, como él ha dicho, la participación de la Diputación Foral de Álava en la Fundación Euskadi, le permitió, junto a Aitor Quintana, dar el salto al ciclismo profesional. Entonces se dio cuenta de la gran tensión a la que estaba sometido, de la exigencia pedida y de la presión que ejercía la prensa deportiva. 


    Su caída en aquella fatídica etapa de 2023 en la Rochette fue un punto de inflexión, uno de los tantos que alumbraron su carrera. La tubular que se sale de una rueda en la bajada, el golpe contra el asfalto, las fracturas múltiples (cadera, coxis, codo...) y la toma de conciencia, casi inmediata, de la gravedad de sus heridas. Una etapa, por cierto, que retransmitía como periodista deportivo una joven Leticia Ortíz, hoy reina consorte. 

    Lejos de hundirse, Joseba nos ha confesado que supo gestionar lo ocurrido, y el duelo consiguiente, con ejemplos como la valentía de su aita cuando se enfrentó durante años a la enfermedad y también a la solidaridad ofrecida por tanta gente. El Dr. Mikel Sánchez (también socio de Celedones de Oro) le operó y Joseba le está muy agradecido por su profesionalidad, pero reconoce que no volvió a ser el mismo de antes. 

    "Estoy muy satisfecho del cariño y la solidaridad que recibí. Fijaros que un equipo francés me fichó en la Pizzería Dolomiti de Paco Galdós. Yo estaba roto, allí en silla de ruedas, posiblemente no volvería a ser el que había sido, y aun así aquellos hombres, allí y en ese momento,  tuvieron confianza y apostaron por mi. ¡Cómo no voy a estar agradecido!".


    A lo largo de su charla han aparecido menciones a sus equipos: Kaiku, Café Baqué, ONCE-Eroski, Euskaltel, Festina, etc...y una mención especial al KAS, aquel equipo de nuestra ciudad del que Joseba es embajador honorario. 

    También ha mencionado cómo debió, una vez más, resituar su vida y su trabajo, adaptándolos a su nueva realidad. Así fue como comenzó su andadura, alejada de su formación académica como delineante, en el mundo del periodismo como comentarista deportivo. Una trayectoria profesional en la que sigue destacando.


    Una conferencia, repetimos, que ha sido una gran lección de vida. Vida y experiencias con las que ahora pretende iluminar la carrera de su hijo, Markel Beloki, un joven que se inicia tras los pasos de su aita. La charla de un grande, de un ciclista que hoy nos ha demostrado ser también un gran comunicador y formador. Tenerlo entre nosotros es una gran suerte.

    Después de la conferencia, que ha finalizado con un animado diálogo con el público asistente, nuestro Celedón de Oro, Gorka Ortíz de Urbina, ha oficiado la bien venida a Joseba al club de socios de Celedones de Oro. Cómo no, una entrada que se certifica con la estatuilla de Celedón y con un diploma acreditativo. Los sinceros aplausos del público han puesto punto final a esta maravillosa charla. ¡Muchas gracias Joseba y mil gracias por tu ingreso en la Institución Celedones de Oro-Urrezko Zeledonak!












Argazkiak/ Fotografías: Julio Roca y Javier Sedano.
Bideoa: Eloy Gonzalez Gavilan