Desde muy antiguo, el fuego,
junto con las guerras, las plagas y las enfermedades, ha venido siendo una de
las mayores amenazas que ha sufrido y
sufren los habitantes de nuestros pueblos
y ciudades. Nuestra ciudad tampoco ha sido nunca ajena a esta situación y prácticamente
desde su fundación ha sufrido continuos e importantes incendios, de los cuales
algunos han marcado su propia construcción y desarrollo. Así describe el
Chronicon Burgense, en referencia al incendio del 11 de abril de 1202, en el
que la pequeña ciudad de la colina quedó prácticamente arrasada, "Fuit Victoria combusta, et multi
homines et mulieres in die de Parascave, nocte tamen praecedente".
Pero tuvieron que pasar muchos
años, y por tanto muchos incendios, para que la ciudad organizara un servicio
específico que los combatiera. Esto sucedió en 1844, con la formación del
Cuerpo de Zapadores-Bomberos de la ciudad de Vitoria, mediante la publicación
del primer reglamento, el 13 de marzo de ese año, para la sustitución de las
brigadas vecinales que acudían a sofocar
los incendios, a las que se sumaban las guarniciones castrenses cuando éstos alcanzaban
una dimensión considerable.
Desde entonces, el Servicio de
Bomberos de la ciudad ha ido, en estos 175 años, evolucionando con ella hasta
ser un orgullo de modernidad y funcionamiento.
La historia del servicio es la
historia de la ciudad aunque quizás no se conozcan bien algunos detalles de la
misma. Porque, por ejemplo, Vitoria-Gasteiz también tuvo "su incendio catedralicio".
Así en 1856 se producía un gran incendio en la torre de la catedral de Santa
María, "...y en tanto la torre se
convertía en una hoguera comenzando a propagarse a los tejados del templo,
debiendo limitar los esfuerzos de los que inútilmente lo combatían a defender
la iglesia...". La cual pudo salvarse más no la torre y el pórtico que
quedaron muy mal parados.
Pero mientras los incendios
seguían sucediéndose los bomberos iban evolucionando. Es cierto que en 1844 la
ciudad se dota de una organización especializada, pero los primeros bomberos, "voluntarios-compensados", eran
más héroes que técnicos, donde el valor y la voluntad sustituía al equipamiento
y la formación, y tuvieron que pasar unos años, hasta 1890, para comenzar una
prestación "semiprofesional-remunerada".
Esto es, la función de bomberos
no era su profesión principal si no que quedaba como algo complementario a
otras tareas laborales.
Desde el antedicho año de 1890
hasta el último tercio del siglo XX, el servicio de bomberos sigue
evolucionando y habitualmente mejorando, si bien durante la guerra civil y años
posteriores también tuvo sus momentos de grandes dificultades. Es a partir del año 1959 cuando comienza una
notable mejora tanto en materiales como en las condiciones laborales de las
personas que componían el servicio.
La ciudad mientras tanto iba
creciendo a un ritmo constante y por lo tanto también crecían sus problemas. Se
debe recordar que la ciudad pasó de tener 52.206 habitantes en 1950 a tener 136.873
en 1970. Esto es, en 20 años la población casi se triplicó y por tanto los
riesgos asociados a ella.
Pero el gran salto organizativo se
produjo en los años 70 con la Subjefatura de
Ladislao Millán Montoya que infundió
a la organización un nuevo sentido incorporando nuevas funcionalidades como el
salvamento mediante la creación de una unidad de buceo, la desencarcelación en
accidentes de tráfico y otras, así como el traslado del servicio desde la
antigua base de la cuesta de San Vicente a la actual ubicación en la calle
Aguirelanda. Posteriormente en los años 80 y principios de los 90 se produjo
otro gran salto, incorporando la formación previa al acceso al puesto de
bombero, modernizando más las estructuras, los equipamientos y la organización,
destacando en este último punto, la creación de una unidad técnica de
prevención que complementara el trabajo operativo. Cabe destacar también que
esa unidad técnica de prevención fue dirigida inicialmente por Raquel Gómez
Mardones, arquitecta, siendo la primera vez en la historia de bomberos que una
mujer forma parte del servicio. A Raquel le han seguido muchas otras tanto en
la parte técnica como en la operativa, comenzándose algo debiera de ser normal,
pero no lo era, como es la incorporación plena de las mujeres a un servicio como
es el de bomberos.
Efemeridea ospatzen ari, 2019-05-11 |
Es cierto y por tanto tampoco hay
que ocultarlo, que en todo proceso de cambio se producen momentos de tensión, y
el servicio de bomberos, siempre en permanente adaptación al medio, a lo largo
de esos años no ha sido ajeno a dichas tensiones. Pero no es menos cierto que
al final lo importante no es lo que pasa sino lo que queda, en este caso un
servicio de bomberos moderno que presta un servicio técnico de alto nivel, a la
altura de los actuales problemas de la ciudadanía.
Por ello creo que debemos
celebrar ese 175 cumpleaños junto a todas aquellas personas que de una u otra
manera han sido o son parte de la historia y la realidad actual del servicio.
Zorionak suhiltzaileak, zorionak
Vitoria-Gasteiz.
Director de Atención
de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco
Jefe del SPEIS de
Vitoria-Gasteiz en excedencia
Socio de Celedones de Oro