Miguel Rodriguez Ferrer
Arabako landa-eremua jendez husten ari da, eta
horren arrazoiak oso anitzak dira, eta zalantzarik gabe gai hauek behin baino
gehiagotan eztabaidatu ditugu gure elkarrizketa pribatuetan. Fenomeno hau
globala da eta ez da berria.
Gaur, 1881eko irailaren 13an Madrilgo "El
Tiempo" egunkarian argitaratutako dokumentu bat partekatu nahi dut
—"El Euskaro" egunkariak publikatutako aurreko baten transkripzioa
da. Miguel Rodríguez Ferrerrek, Euskal Herria maite zuen andaluziar jakintsuak,
Larrabea (Legutiano) udalerrian 1881ean sortu zuen landa-etxeari buruzkoa da. 1843an
Arabako buruzagi politiko izendatu zuen gobernu espainiarrak. Berrogei urte geroago Rodriguez
Ferrerrek dirutza handia inbertitu zuen Larrabeari nekazaritza eta
abeltzaintzako baserri gisa estilo desberdina emateko.
Miguel Rodriguez Ferrerrek ez zituen inoiz
ezkutatu bere ikuspuntu liberalak, espiritu euskaltzale eta foruzalez jositakoak. Bizkaiko gobernadore zibila ere izan zen. "Los vascos: su país,
su idioma y el príncipe L. L. Bonaparte" liburua idatzi zuen 1873an,
Cánovas del Castilloren hitzaurrearekin, eta Arabako Diputatu nagusia zen
Estanislao Urkijo – Urkijoko markesari- eskainia.
Rodriguez Ferrer Madrilen hil zen 1889ko
ekainaren 6an.
Enrike Knörren ekimenez, Euskaltzaindiak omenaldia eskaini zion 1995an, Legutianon bere etxe izandakoan – egun Larrabeako Golfeko egoitza nagusia- plaka oroigarria ipiniz.
Dokumentu interesgarria iruditu zait, duela
140 urte inguruko nekazaritza eta, oro har, Arabako landa-ustiapen modeloen nondik
norakoari buruz apurtxo bat gehiago jakin dezagun. Irakur dezagun:
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El campo alavés se despuebla
y los motivos abarcan un amplio abanico, sobre los que, sin duda, en más de una
ocasión hemos tratado en nuestras conversaciones particulares. El fenómeno es
mundial y no es de hoy en día.
Hoy quiero traer un documento que se publicó el 13 de septiembre de 1881 en el periódico madrileño “El Tiempo” – transcripción de uno anterior que dio a conocer “El Euskaro”. Trata de la explotación que en 1881 había puesto en marcha en el término de Larrabea (Legutiano) Miguel Rodríguez Ferrer, un ilustrado andaluz enamorado del País Vasco, había sido en 1843 jefe político de Álava. Cuarenta años más tarde Rodriguez Ferrer invirtió gran cantidad de dinero en darle a Larrabea un estilo diferente como explotación agrícola-ganadera.
Miguel Rodriguez Ferrer nunca disimuló sus ideas liberales,
aderezadas desde un espíritu vascófilo y fuerista. Había sido gobernador civil
de Bizkaia, y en 1873 escribió el libro “Los Vascongados: su país, su lengua y el príncipe L. L. Bonaparte” con prólogo de Cánovas del Castillo, y dedicado
a Estanislao de Urquijo, Estanislao de
Urquijo, marqués de Urquijo, Diputado General de Álava.
Rodriguez Ferrer murió en Madrid el 6 de junio
de 1889.
Por iniciativa de Enrike Knörr, Euskaltzaindia
le ofreció un homenaje en 1995, colocando una placa en su casa de Legutiano,
hoy sede del Golf de Larrabea.
Me ha parecido un documento interesante, que nos permite conocer un poco más el
estado de la agricultura y, en general, los modelos de explotación rural en
Álava hace 140 años. Leamos:
Testua: Josemari Velez de Mendizabal
Argazkiak: wikipedia, Becerro de Bengoa, JMVM
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Ilustrazioa: Ricardo Becerro de Bengoa |
INTERESES MATERIALES (La población rural en Álava)
Todo el que haya seguido
con interés el movimiento de la población en la tierra alavesa habrá observado
con pesar profundo que nuestros pueblos caminan con velocidad alarmante a su decaimiento
y extinción.
Los hábitos de la guerra;
las funestas quintas, que todos los años roban a nuestros campos la más florida
juventud; el movimiento siempre creciente de emigración; los jornales de
Somorrostro; las deudas contraídas durante la civil contienda; el pago de dobles
mensuales de tributación necesario para satisfacer al Estado los
impuestos…vienen originando tal despoblación en nuestras aldeas que, a no
acudirse con el remedio, muchas de ellas van a desaparecer, con perjuicio de
nuestra ya escasa y mermada riqueza agrícola.
Gojain destruido,
Virgala-menor con escasísimos moradores, Otaza abandonado, el Ayuntamiento
entero de Guevara reducido a la mitad… Por ello, la Excma. Diputación estimó en
las sesiones de Noviembre pasado una proposición encaminada a aminorar la
emigración de las familias agricultoras.
Entretanto, para que
puedan apreciarse las ventajas que a la provincia reporta que los particulares
hagan de cotos redondos o granjas destinadas a la agricultura y arbolado,
consignamos a continuación los beneficios que la provincia en general y la
jurisdicción de Villarreal en particular, han reportado de la granja “El
Retiro”, más conocida en el país por Larrabea.
1º En 1862 se compraron
sus terrenos eriales a un maravedí más el estado que el precio a que la
provincia se los hubo de ofrecer al doctor Toca, que los había solicitado en 1859,
no para explotación agrícola, sino para una granjería particular. Cuando su
nuevo dueño tomó posesión de ellos, no le entró ni siquiera un árbol, pagando
sólo argomas, zarzas y pantanos. Con el desagüe de estos últimos, ya fue
ganando por aquí la higiene pública. Primer beneficio.
2º Las roturaciones y
cavas que en gran escala fue necesario practicar proporcionaron contratas
valiosas que repartieron, no poco, el numerario entre los vecinos de
Villarreal, Urbina, Urrúnaga y otros pueblos. Segundo beneficio.
3º Llevadas a cabo las
obras de fomento agrícola, a la par que las de los grandes edificios,
multiplicáronse iguales contratas con canteros, carpinteros, albañiles,
cerrajeros, tejeros y demás gentes de otros artes y oficios por espacio de dos
años. Tercer beneficio.
4º Como este proyecto
exigía la compra de maderas en gran escala, con su realización se fomentó el
tráfico interior, sin que la provincia hubiera auxiliado al que emprendió tales
obras, según costumbre, con la madera de sus montes a mitad de precio, cual hoy
lo ejecuta con las casas que se levantan en el campo. Cuarto beneficio.
5º En el propio año ya
citado, así que estuvieron concluidas las cercas (que se coronaron todas con
seto vivo), se ofreció a la provincia la formación de un nuevo coto redondo y
acasarado, que vino a ver, honrándolo, el que ha escrito mejor en España contra
la extremada división de la propiedad. Hoy se contenta sólo con lamentarla esta
Diputación provincial. Quinto beneficio.
6º Realizadas que fueron
las grandes plantaciones y los grandes semilleros, que han cambiado la faz de
más de cien fanegas de tierra hasta entonces completamente yermas, formando
como un oasis entre la monotonía de un desierto, no ha sido esto de menor
trascendencia para la riqueza forestal de un país que ve mermar sus montes, sin
plantaciones que los sustituyan. Sexto beneficio.
7º Ya en 1864 entraron en
esta granja o colonia rural los primeros criados y animales con que se diera
principio a su fomento, lográndose así la segunda victoria de hacer cultivable
lo que hasta entonces venía siendo perdido para la agricultura y la ganadería. Sétimo
beneficio.
Sigamos ahora con los que
ha proporcionado esta misma finca a la población de la provincia, en una época
en que sus aldeas se despueblan, y se echan abajo sus casas, para aprovechar
las maderas en las construcciones de Vitoria.
8º Además del capataz y
sirvientes de la finca que se levantaba, propúsose su fundador poblarla, por
separado, con dos caserías, o sean otros dos cotos redondos y acasarados que
le aseguraran el personal para lo futuro. Al efecto, después de
encargos, viajes y grandes gastos, trajo de Guipúzcoa dos buenas
familias, una para cada casa, de la que tomaron posesión por
escritura; anticipándoles el dueño de la granja los animales, aperos y
demás abastecimientos que necesitaron hasta que el cultivado suelo
pudo empezar a rendir sus naturales frutos.
Estas dos familias se
componían de los individuos siguientes:
De los dos matrimonios
padres.
De cinco hijos mayores.
De cuatro hijas mayores.
De tres hijos menores. Total, 16 individuos
Pues en el tiempo hasta
la fecha trascurrido, estás familias han dado ya los matrimonios siguientes a
los pueblos y caseríos que a continuación se expresan:
A Vitoria, dos
matrimonios.
A Villareal, uno.
A Urrúnaga, dos.
A Arlaban (caserío sobre
la carretera) uno,
A Ullívarri Gamboa, uno.
Total, siete matrimonios.
¡Y todo esto procede de
donde hace veinte años no se oía otra voz humana que la pasajera del vecino de
alguno de los pueblos inmediatos, que caminaba tras de alguna yegua perdida!
9º Si ahora consideramos
el ejemplo que esta granja y colonia ha podido dar aventurando plantíos y
frutales en donde la preocupación vociferaba que nada se podía dar, porque
equivocaba la frialdad de un desierto y su soledad con las condiciones del suelo,
sin tener en cuenta lo que mudan y transforman los reparos y los abonos, los
beneficios no han sido menos trascendentales y prontos.
Los nueves pinares del
ayuntamiento de Villareal se sembraron luego que se vio la lozanía de los de la
nueva granja. La creencia vulgar de que ciertos frutales no daban en la nueva finca
bien pronto quedó, con la experiencia de lo contrario, desmentida, confirmando
todavía más lo erróneo de tal creencia: dos fincas levantadas después en
Villareal, en las que se plantaron nogales, castaños y manzanos tan pronto como
se vio el gran desarrollo que tomaban los plantados en Larrabea.
Para concluir:
precisamente en estos mismos días, a distancia como de legua y media y en
dirección lateral de esta granja, ha tenido el dueño de la que venimos hablando
ocasión de visitar con cierto placer otra que se forma con igual pensamiento
que el que presidió a la suya; el de que estos países del Norte están
destinados a la cría y mejora de ganados, sembrando mucho maíz, tubérculos y forrajes,
sin acordarse del trigo, como sucede en Normandía. Estos países, con sus nieblas
y humedades, los hizo Dios para pastos, y el nuevo fomentador de Larrinzar,
D. P. V. (1), parece que hace profesión, como el de Larrabea, de no
sembrar un solo grano de trigo. No diremos por esto que se le haya tratado de
imitar; pero no hay duda de que el último celebrará que se tengan convicciones iguales
a las suyas.
Todos estos bienes de
trabajo, de circulación, de cultivo, de
fomento forestal, de aumento de población rural, han reportado a la localidad y
la provincia del capital y del gran espíritu del fundador de la granja Larrabea,
sin que, por su parte, haya podido él percibir las utilidades á que tenía
derecho, toda vez que, habiendo olvidado la provincia un acuerdo oficial tomado
en juntas de que se le haría un camino de algo más de un kilómetro para sacar
los productos hasta la carretera, se vio obligado a arrendar las tierras y á
contentarse con fomentar únicamente el arbolado. Y es de advertir que ni se le
ha hecho el camino, ni se le ha concedido la cadena para que él lo hiciera,
como lo propuso.
Este ha sido el
reconocimiento de la provincia, a cuya Diputación se presentó el 11 de
Noviembre último por los señores diputados Laguardia, Gamiz, Heredia y Sarralde
una proposición encaminada a aminorar la emigración de familias agricultoras.
Por un lado, deplora este mal, y por otro tal premio da al que ha aventurado su
tranquilidad, su capital, su actividad, la constancia de su espíritu, y todo
por aminorar tal emigración, aumentando el cultivo, la población rural y esos
cotos redondos, que ahora quiere improvisar la comisión gestora de la
granja-modelo, cuando tampoco se ha reconocido al que le ha levantado tres para
no encontrar después, no digamos protección, pero ni siquiera el cumplimiento
de lo solemnemente prometido.
¿Es éste el camino para conseguir remedio del mal que la provincia siente? Verdaderamente que no, y nosotros esperamos que la Excma. Diputación, teniendo en cuenta que al país interesa el fomento de la población rural, prestará su decidido apoyo a todo lo que favorezca su aumento y desenvolvimiento”
El 9 de diciembre de 1861, ante el Diputado General de Álava, Ramon Ortiz de Zárate, Miguel Rodríguez Ferrer cerró las negociaciones con los ayuntamientos de Villarreal de Álava, Luco y Ullibarri Gamboa para poder poner en marcha Larrabea. |
(1) D.P.V: Itxura guztien arabera Don Pablo Velasco / Según todos los indicios que tengo, Don Pablo Velasco