Eduardo Valle y Jose Mari Bastida "Txapi" firman sendos artículos, y en esta columna de hoy queremos reproducir el que ha desarrollado nuestro secretario.
Gracias a Eduardo y, por supuesto, a la cuadrilla Belakiak.
Belakiak Gasteizko kuadrilak aldizkari bat argitaratu berri du, Andra Mari Zuriaren jaiak direla eta. Bertan intereseko artikuluak irakur daitezke, Arabako hiriburuaren historiarekin erlazionatuta. Eta guri dagozkigunak badira bi idazki, Erakundearen bi kidek izenpetuta.
Eduardo Valle eta Jose Mari Bastida "Txapi" artikulu bana sinatu dituzte eta gaurkoan gure idazkariarena eskaini nahi diogu irakurleari.
Eskerrik asko Eduardo eta, noski, Belakiak kuadrilari.
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La que durante años había sido la calle de la
Estación se convirtió en calle de Eduardo Dato por acuerdo del ayuntamiento de doce
de julio de 1916. Hace cien años. Sí, esa calle referencia de Vitoria que por
intereses particulares nació desviada de su alineación lógica, que era la unión
de la estación de ferrocarril con la salida sur de la Plaza Nueva diseñada por Olaguíbel.
Eduardo Valle Pinedo |
Enrique Ortiz de Zárate, antiguo diputado carlista por Vitoria, vecino de Madrid, envió al alcalde de Vitoria del momento, Guillermo Elío, una instancia en la que ponderaba «tantas, tan señaladas y tan constantes» pruebas del afecto que por nuestra ciudad sentía Eduardo Dato. Y por ello, solicitaba que se diese su nombre a la hasta entonces llamada calle de la Estación, nombre que «aparece vulgar e inexpresivo», según el caballero proponente.
Calle de la estación, 1910. Hoy Calle Dato |
Nada más conocerse la aprobación del cambio de denominación, se creó una comisión de vecinos y comerciantes de la céntrica calle a fin de poner en marcha una suscripción popular para sufragar la placa que habría de instalarse e inaugurarse en el transcurso de las cercanas fiestas de La Blanca. Por fin, el día cuatro de agosto, a las cinco de la tarde, se descubrió la lápida fabricada en el taller de Román Goicoechea que todavía hoy podemos contemplar. Quedó colocada en el edificio del Gran Café Universal, en la entrada de la calle, sede del Banco de Vitoria durante muchos años.
Eduardo Dato |
Estos fueron los comienzos de nuestra calle Dato, Nuestra porque de todos los gasteiztarras es y a todos pertenece. Tuvo sus dos aceras, la “del duro” y la “de la peseta” —distinción felizmente olvidada—, con sus cafés antañones, con sus paseantes buscando el encuentro deseado. Presenció durante muchos años la vuelta de Olárizu de la comitiva municipal a caballo. Se volvió chic y albergó elegantes cafeterías. Se convirtió en peatonal salvo en su último tramo y se pobló de magnolios en los primeros años ochenta generando algo tan nuestro como es el desacuerdo y la polémica. En la actualidad la vemos luchando por seguir siendo el referente urbano de nuestra ciudad.
Mientras se dilucida su papel en el centro de la ciudad, en unos pocos días, los blusas y neskas la tomarán de nuevo al asalto.
Fotografías: Wikipedia, JMVM
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