domingo, 20 de enero de 2019

ERROGATIBAK. NEZKAZAL MUNDUA JAUNGOIKO BABESAREN BILA - ROGATIVAS. EL MUNDO AGRÍCOLA Y LA BÚSQUEDA DE PROTECCIÓN DIVINA


ROGATIVAS. EL MUNDO AGRÍCOLA Y LA BÚSQUEDA DE PROTECCIÓN DIVINA.


Aspalditik, udaberria etorri bezain pronto, abeltzainak eta nekazariak zeruari begira aritzen ziren, nekazal munduan ekaitzak, haizeak, lehorteak, trumoiak eta kaskabarrak arerio krudelak ziren eta. Uzta ona izateko asmoz jaungoikoari babesa eskatzen omen zioten gure baserritarrek. Zeruaren beldur zeuden eta zeruaren babesa bila errogatibak egiten zituzten. Errogatiba izenekoaz ari gara. Errogatibak erlijiotasunarekin zerikusia zuten erritualak ziren, eta egia esan, testigantzek baieztatzen duten bezala, oso anitzak eta ugariak izan genituen Arabako lurraldeetan zehar. 

Gaur egun, Meteosat izeneko satelitea martxa jarri zutenetik, errituala hauexek poliki joan dira desagertzen. Hala eta guztiz ere, zenbait lekutan, Haranako bailarako Done Bikendi herrian adibidez, errogatibak mantentzen dira.

Vivimos tiempos de incertidumbre en lo concerniente al clima. Todos somos conscientes, de una u otra forma, de los cambios que la meteorología está experimentando en las últimas décadas. Inviernos suaves, en los que a la nieve y el hielo son cada vez menores, veranos fríos que se alternan con periodos de sequías, los daños en la piel producidos por el sol que provocan casos de melanomas o tumores malignos. Los científicos nos hablan del calentamiento global de nuestro planeta, del agujero en la capa de ozono, de la contaminación generada por las sociedades industrializadas y de lo que se viene a denominar, de forma genérica, el cambio climático. 

No sabemos a ciencia cierta por qué será, pero nuestros mayores lo resumen de forma certera cuando nos comentan: …el tiempo está mucho loco. Ya no nieva ni la tercera parte que antes, en verano muchas fuentes se secan y…algunos árboles florecen en febrero. ¿Dónde se ha visto esto? 

Sin duda los avatares de la climatología los sufrimos, en mayor o menor medida, todos; pero indudablemente sectores como el turístico, el pesquero y el agrícola-ganadero dependen directamente de lo que la meteorología marque.
Si llueve demasiado no se puede sembrar, si llueve poco las plantas pueden agostarse, si el viento norte sopla frío es imposible cosechar y en periodo de sequía se corre el peligro de vaciar las balsas de riego.

Los hombres del campo siempre están pendientes de los partes meteorológicos y las informaciones de los satélites o de los correspondientes departamentos de las administraciones públicas, que aportan una información certera sobre la aparición de frentes fríos o de tormentas veraniegas.

Pero… ¿qué ocurría hace treinta años cuando el satélite Meteosat no formaba parte de nuestras vidas? En aquella época lo más aproximado a una predicción meteorológica se reducía a la aparición de Mariano Medina, el popular hombre del tiempo, con unos rudimentarios mapas de líneas isobaras en los que aprendimos que un anticiclón se representaba por una A y que la B, también llamada depresión, significaba que posiblemente al día siguiente no iríamos a la piscina. La ciencia de predicción meteorológica era aquellos años pionera y las predicciones se caracterizaban más por sus errores que por sus aciertos. Por eso no era de extrañar que, en el mundo rural alavés, al igual que en otras regiones, se recurriera todavía a rituales heredados de los antepasados en los que se pedía la intercesión divina para librar a nuestros campos de penalidades y asegurar buenas cosechas. Me estoy refiriendo (las personas de cierta edad ya lo habrán adivinado) a las famosas rogativas.

En numerosos lugares de la Montaña Alavesa, como en el Valle de Arana, las rogativas completaban otros rituales de petición de bonanza y buenas cosechas como pueden ser el alzado del mayo en San Vicente de Arana o la colocación de cruces en fincas, casas y caminos. La rogativa siempre estaba unida al ritual católico, por lo que el sacerdote se erigía en elemento fundamental de la misma y en nexo de unión entre la tierra, representada por los labradores, y el Dios, representado por el cielo al que se pedía protección. Después de un estudio de distintos rituales de petición de protección para las cosechas, podríamos concluir que en el ámbito del País Vasco las tradiciones no eran significativamente distintas a las de otras zonas de España o del ámbito europeo.
Fundamentalmente, una rogativa presenta determinadas partes comunes en todas las sociedades de nuestro entorno:

  • Un objetivo de protección contra granizos y petición de buena cosecha.
  • Se realizan en primavera o comienzo de verano, cuando (y esto es común en todos los grupos humanos del mundo) la naturaleza despierta a la vida después del letargo invernal y los sembrados ofrecen su aspecto prometedor.
  • Participación imprescindible del sacerdote y de la liturgia religiosa católica, con objeto de asegurarse la protección divina.
  • Procesión desde una iglesia o ermita hasta un lugar enclavado en el campo.
  • Participación en la misma de los habitantes del pueblo.
  • Repetición de una oración o una serie de frases (herencia de conjuros anteriormente paganos) con objeto de anular los posibles peligros o males que pueden acechar.
  • Realización, de forma extraordinaria, en otros periodos del año, en caso de  excesos en la climatología o catástrofes naturales (fuertes tormentas, sequías prolongadas, inundaciones...). 
Así en San Vicente de Arana se mantienen hoy en día varias rogativas: En San Cristóbal los vecinos acuden a la ermita del mismo nombre situada en el cercano pueblo de Oteo. Después del ritual, se celebra un almuerzo de hermanamiento entre los dos pueblos. Por San Gervás se acude al vecino pueblo de Sabando. Allí también, después de pedir protección para las cosechas, se finaliza con un refrigerio de confraternización. Durante años se bendecían los campos con el agua cogida en San Gregorio (Sorlada). Se decía que así quedaban protegidos los sembrados contra los ratones, aunque algún vecino solía repetir que…¡Cuánto mejor sería soltar cuatrocientos gatos! 

El día de San Isidro, se acude al pueblo de Bujanda buscando la protección del cuerpo incorrupto de San Fausto. Por San Marcos y San Jorge, en abril, también se realizaban rogativas y hoy todavía se recrea esta costumbre en la ermita de la Virgen de Uralde. Por supuesto, como no podía ser menos en el pueblo de San Vicente, en la popular ermita de Santa Teodosia se vuelve a realizar el ritual y de nuevo se pide protección al cielo. En otros pueblos del Valle, estas peticiones de bonanza para los cultivos asociadas a la religiosidad han ido perdiéndose con el paso del tiempo. En Alda se han dilatado en el tiempo la visita a San Gregorio, en la cercana Navarra, así como la procesión hasta santa Teodosia desde el pueblo el 19 de junio, día de San Gervás; pero el resultado final ha sido la progresiva desaparición de las rogativas.

Después de haber hablado con varias personas de Ullibarri Arana, estas me confirmaban la existencia de numerosas rogativas hasta la década de los años setenta. Así el día de la Asunción se hacía una importante procesión, a la que acudía todo el pueblo, hasta la ermita de Andra Maria. Allí se efectuaban las rogativas y finalizaba el ritual con el lanzamiento de cohetes. También por san Marcos la pirotecnia tenía su espacio, y este día las rogativas unían al olor de la pólvora el repique de las campanas del pueblo. El día de san Gregorio, al igual que hemos visto en otros pueblos, se bendecía con el agua el campo para conjurar así a los ratones. Algo similar ha ocurrido también en Contrasta. Si bien se efectuaban las rogativas durante varios días pidiendo al cielo su intervención para asegurar una buena cosecha, alejar el pedrisco y evitar enfermedades en el ganado; en la actualidad este ritual unido a la vida, a la fertilidad y al tiempo marcado por la naturaleza en los campos, ha desaparecido bajo los impulsos de las nuevas tecnologías. Se realizaban en este pueblo varias rogativas anuales, entre las que debemos destacar la procesión del Corpus. En la misma se efectuaban rogativas, realizadas por el sacerdote, que bendecía los campos con el agua recogida en san Gregorio de Sorlada. Por la Ascensión, tenían lugar las rogativas durante tres días, en los que se sacaba a san Isidro para visitar todas las fincas. …durante tres días había rogativas. Ya tenía trabajo el cura, ya…se sacaba a san Isidro en procesión y se visitaban todas las piezas. ¡Eh! Por todas las piezas se pasaba pidiendo…


Eran otros tiempos. No podemos vivir de la nostalgia y, además de la urbanización del mundo rural, los adelantos en la predicción del tiempo, los seguros, las indemnizaciones, la industrialización del trabajo en el campo y una larga lista de factores han intervenido en los cambios experimentados por la religiosidad y por la producción agrícola-ganadera en nuestros pueblos. Pero todo esto no debe suponer, de ninguna manera, que caigan en el olvido etnográfico unas tradiciones que han formado parte del acervo cultural del mundo rural alavés. Recordarlo en estas páginas, queridos amigos y amigas, cuando menos, ya es algo que merece la pena. 

Jesús Prieto Mendaza

Fotografías del archivo de Joaquín Aniz (cedidas por Próspero Aniz)


1 comentario:

  1. Aquí, en Vitoria, existía la costumbre de ir en rogativas los tres días anteriormente a la Ascensión a las tres ermitas: San Juan de Arriaga, San Martín y San Cristóbal de Adurza (ubicada al final del Paseo de la Zumaquera, donde actualmente hay unas canastas de minibasket). La de San Martín era conocida como la romería de la tortilla, porque era típico, tras la rogativa hacer una merienda utilizando ese producto.

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