martes, 9 de abril de 2019

PABLO URANGA EN MONDRAGÓN - PABLO URANGA ARRASATEN

Aspaldi idatzi nuen artikulu baten erdarazko bertsioa ekarri nahi dut gaur txoko honetara. Euskonewsen publikatu nuen, 2005ean.  Pablo Uranga Arkaia gasteiztarra zen protagonista, pintoreak Arrasaten eman zituen urteetan girotua. Oso gutxi ezagutzen da Arrasatetik kanpo, herri hartako artistaren egonaldiaz. Hona hemen beraz, artikulu hura, interesgarria iruditu baitzait Urangaren ibilbidearen zatitxo bat blog honetako irakurleei ere azaltzea.
Pablo Uranga (Ignacio Zuloaga)

Hace unos años, 2005, publiqué en Euskonews un artículo sobre el artista vitoriano Pablo Uranga, recreando de manera muy resumida los años que hizo en Mondragón, donde residía un tío suyo, sacerdote. Me ha parecido interesante dar a conocer a los lectores de este blog la estancia del artista en la localidad guipuzcoana, aspecto que se conoce muy poco.  Se trata de la traducción al castellano realizada por la citada revista digital.

La mañana del 6 de enero me encontraba en la parroquia de Mondragón, asistiendo a la primera misa celebrada en el municipio por el joven sacerdote Pedro Luis Uranga. Un momento histórico, sin duda, ya que no se puede decir que el flujo actual de nuevos sacerdotes sea precisamente intenso. Por ello, pensé que bien merecía la pena aprovechar la ocasión. No recuerdo cuándo asistí por última vez a la primera misa de un sacerdote. Hará, como poco, cuarenta años.

Tras situarme en una de las naves laterales de la parroquia para atender la ceremonia, de repente me percaté de una coincidencia: el sacerdote que tenía ante mí y el autor de los murales que se encuentran a ambos lados del altar compartían el mismo apellido. El sacerdote Pedro Luis y el pintor Pablo. Y ambos procedían de fuera, de Zumaia y Vitoria/Gasteiz, respectivamente.
 


La tarde del día de Reyes recurrí a mi archivo en busca de algunos datos que ofrezco a continuación. Como el lector comprobará, incluso he dado un pequeño salto en el tiempo, ya que considero interesante hacer una breve alusión a los familiares del artista Uranga. 

Pablo Uranga Díaz de Arkaia nació en Vitoria/Gasteiz, en 1861. Era hijo de Juana Bautista y José Blas, hijo éste, a su vez, del general carlista Jose Ignacio Uranga y Azkune, natural de Azpeitia y combatiente contra los franceses en la Guerra de la Independencia. Simpatizante de Fernando VII, en 1823 se alzó contra el Gobierno Constitucional y su ejército adquirió un enorme poderío en Álava. Incluso se adentró hasta Mondragón con sus tropas reales. Pero, dada la tendencia absolutista de Fernando VII, en 1833 Jose Ignacio se posicionó a favor de Don Carlos V, quien, en la primera guerra carlista, en 1837, lo designó Capitán General de las Vascongadas y de Navarra. En 1840 le fue otorgado el título de Conde de Elciego.     

Al finalizar la guerra, tras la primera derrota de los carlistas, Jose Ignacio se vio
Jose Ignazio Uranga Azkune
obligado a partir al exilio, por lo que estuvo viviendo en Francia y Alemania. Cuando en 1848 la reina Isabel II decretó la amnistía, regresó a Euskal Herria, concretamente a Vitoria/Gasteiz, donde se dedicó a la gestión de arbitrios hasta su fallecimiento en 1870.


Además del ya citado José Blas, Jose Ignacio tuvo otro hijo, Fernando, que fue ordenado sacerdote y destinado a Elgeta. El padre de Pablo contrajo nupcias en dos ocasiones, y al fallecer en 1867, Pablo decidió residir en Elgeta junto a su madrastra –Tomasa Gogorza- y sus dos hermanastros. Tenía nueve años.

En 1898 el tío Fernando fue nombrado capellán del Convento de San Francisco y del Hospital de Mondragón, y en el año 1906 marchó destinado a una parroquia de Buenos Aires. Su sobrino Pablo lo visitaba muy a menudo en la villa cerrajera y disfrutaba de largas estancias en su compañía. Era tal el arraigo que Pablo sentía por Mondragón que incluso celebró su enlace matrimonial con la vitoriana Prudencia Gabina Antonia Lejarreta Florencia, maestra de Elgeta, en la parroquia de la villa, el 21 de febrero de 1903. El sacerdote Tiburcio Zatarain anotó en los datos de la ficha matrimonial de Pablo que era "pintor y feligrés en ésta”. 

Al cabo de diez años, la parroquia de Mondragón encargó a Pablo Uranga la realización de dos murales destinados a cubrir las paredes de cada lado del altar, precisamente las que me han guiado a escribir este artículo. Se ha comentado en alguna ocasión que Uranga pintó los murales en tan sólo un par de días, y que cobró 500 pesetas por la realización de la obra. A un lado del altar se encuentra la “Degollación de San Juan Bautista”, y al otro la “Anunciación del nacimiento del precursor”. 

Pero en la composición de la segunda pintura hay una circunstancia tremendamente peculiar. De ser cierto que Uranga la realizó en tan sólo dos días, necesariamente tendría que andarse con prisas para terminar la obra. Y es muy posible que la premura lo llevara a cometer algún que otro error. Es lo que muchos de nosotros creemos. Vemos cómo, al pintar la Tabla de los Mandamientos de la “Anunciación del nacimiento del precursor”, en lugar de señalar diez mandamientos... marcó algunos más. No es fácil determinar si son once o doce los que constan; a mí me parece que son once. Algunos años más tarde, Oteiza esculpió trece apóstoles en Arantzazu. ¿Serán estas alteraciones cosa de los genios?

Para terminar con Pablo Uranga, me resta indicar que en 1906 su tío Fernando fue destinado de Mondragón a Buenos Aires. Al cabo de varios años, en torno a 1920, Ricardo Azkoaga, jefe de administración y ventas de la Unión Cerrajera de Mondragón, y Vicente Velez de Mendizabal, más conocido en Mondragón como Bixente "Maixu Txiki", responsable de cerrajería de dicha empresa y tío abuelo míio, viajaron a la capital argentina con el objeto de realizar un estudio de mercado. Azkoaga –que sería tiroteado en el terrible suceso de la revolución de octubre de 1934- era de índole liberal y poco amigo de las iglesias, mientras que Vicente era de comunión diaria. Una noche en que paseaban por las calles de Buenos Aires, Vicente leyó en la puerta de una iglesia el cartel de “Adoración Nocturna”, por lo que, tras despedir a su amigo y dejarle vivir la noche a su antojo, decidió entrar en la iglesia. Se acercó a uno de los confesionarios.
- Ave María Purísima –dijo Vicente.
- Oiga... ¡Pero si Vd. es Vicente “Maisu Txiki”! (Aizu... Baina... zu Bixente "Maisu Txiki" zara!)
- Sí... ¿Y usted quién es? (Eta berori nor da, ba?)
- ¡Fernando Uranga!


Hay que ver qué pequeño es el mundo. Tanto, que incluso la ceremonia del nuevo sacerdote me ha llevado hasta América"

Hasta aquí aquel artículo mío en Euskonews. Más tarde y en mi blog "Hots begi danbolinak" dí cuenta de dos cuadros que Uranga pintó en Mondragón, y que aún permanecen en aquella villa. "Pablo Uranga. Bi margo lan" (Pablo Uranga. Dos cuadros)



 
 
 

 



















Testua eta argazkiak (Ignazio Zuloagarena ezik): 
Josemari Velez de Mendizabal

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