Mario Otxoa
Axpe zenari buruzko artikulu sail bat argitaratu berri du URTUME aldizkariak.
Arabako kulturaren langilea izan zen Otxoa, hamarkadatako behargin sutsua,
eragile eta sortzaile prestua. Niri
ere egokitu zitzaidan Mario ezagutzea, arlo konkretu batean eta denbora tarte txiki batean. Baina oso intentsuak izan ziren bi urte eskas haiek. Eusko Jaurlaritzaren Kultura Ordezkaria izan genuen Mario 1983tik eta oso oroitzapen ederrak ditut gizon hartaz. Murgian jaiotako euskaldun haren alderdi txiki bat agertzearren idatzi ditut ondoko lerroak.
ere egokitu zitzaidan Mario ezagutzea, arlo konkretu batean eta denbora tarte txiki batean. Baina oso intentsuak izan ziren bi urte eskas haiek. Eusko Jaurlaritzaren Kultura Ordezkaria izan genuen Mario 1983tik eta oso oroitzapen ederrak ditut gizon hartaz. Murgian jaiotako euskaldun haren alderdi txiki bat agertzearren idatzi ditut ondoko lerroak.
Se acaba de publicar en la revista URTUME, que tan bien
dirige el socio de Celedones de Oro Carlos Ortiz de Zárate, una serie de artículos dedicados a
recordar la figura del gran alavés que fue Mario Otxoa. Amigos que fueron
de aquella gran persona lo han descrito acertadamente en las páginas de la
citada revista.
Yo quiero en esta ocasión aportar mi granito en este sentido
y aunque conocí a Mario muy tarde y nuestra amistad duró menos de dos años,
aquel espacio de tiempo fue muy intenso y cercano. Me explicaré.
Había sido nombrado Viceconsejero de Cultura del Gobierno Vasco
en mayo de 1983 y una de las primeras personas que me visitaron para explicarme
con detalle la realidad cultural en Alava fue Javier Cameno – a quien no
conocía personalmente- quien me llenó el despacho de libros editados por él
desde la dirección de la Obra Cultural de la Caja de Ahorros provincial.
Hablamos largo sobre muchos temas y a mi insinuación de que quería nombrar delegados de Cultura en Bizkaia y Alava, Javier me contestó: “Hay una persona
que para este territorio vendría como anillo al dedo” Esas fueron sus palabras.
Di cuenta del encuentro a mi entonces Consejero Pedro Miguel
Etxenike y sobre el comentario de Cameno me pidió que indagase en el tema. Así
lo hice. Y a los días obtenía luz verde para hablar con aquella persona que,
mientras yo permanecí en el cargo, sería mi delegado en Alava: Mario Otxoa Axpe.
Recuerdo también la primera entrevista con él en mi despacho, haciendo las presentaciones
mutuas, algo que ya había facilitado previamente el común amigo José Mari
Sedano, con quien yo ya mantenía para entonces una relación de colaboración
cultural.
Y el 6 de julio de 1983 Mario Otxoa se estrenaba como
Delegado de Cultura del Gobierno Vasco de Alava, en un acto llevado a cabo en
la antigua delegación del Ministerio de Cultura español, acompañándole en aquel momento el también recordado Jesus Ibañez de Matauko, concejal gasteiztarra de cultura, y yo mismo. Gracias a las transferencias en
competencia cultural, habíamos acabado de hacernos cargo de las delegaciones
territoriales y aquel día Mario tuvo que verse con algún que otro empleado
transferido que, precisamente, no comulgaba con las ideas que el nuevo delegado
quería poner en marcha. Fueron algunos de los peajes que hubo que pagarse por
el nuevo camino que emprendíamos. Algo parecido sucedió con Txotxe Lopez de Aberasturi, Delegado de Deportes, quien también tuvo que apechugar con algún que otro elemento
tóxico.
Mario fue un delegado ejemplar. Formaba terna con Balendin
Lasuen en Bizkaia e Imanol Olaizola en Gipuzkoa. Y tengo que resaltar que los
tres pelearon con todas sus fuerzas en la consecución de los objetivos que
coordinábamos con los diputados de cultura: Peli Martin en Alava, Patxi
Zurikarai en Bizkaia e Imanol Murua en Gipuzkoa. Fueron dos años escasos de
trabajo en común, pero intensísimos. ¡Nadie se puede imaginar lo que Mario luchó
por aquellas fechas de las inundaciones de agosto de 1983, y cómo fue capaz de
montar en pocos días un festival artístico de solidaridad con las víctimas y
damnificados! Festival que se llevó a cabo en el Polideportivo deMendizorroza,
al que acudió muy agradecido el entonces joven alcalde de Llodio Juan José Ibarretxe,
principal localidad alavesa afectada. Aún mantengo el borrador del programa que,
escrito a mano, me presentó Mario y en el que daba cabida a todas las
sensibilidades culturales existentes en Alava en la época. Un ejemplo de saber
hacer bien las cosas.
Mario trabajó en Alava, por Alava y para Alava, tanto dentro
del territorio como fuera de él. Dotado de una sensibilidad especial para el trato
humano, se entrevistó con los responsables de grupos y asociaciones capaces de incrementar
el flujo cultural alavés. Fue el punto de inflexión para el cambio de estilo a
la hora de programar actividades desde la administración. Abrió, por lo tanto, un
nuevo camino, desarrollado más en profundidad por los sucesores en el cargo.
Mario se nos fue muy pronto. El 28 de febrero de 1985 moría,
víctima de enfermedad. Le visité en el Hospital y quedé impresionado por su
entereza, sabedor como era de su próximo final. Aquel zuyano,”trabajador del
pueblo a quien hay que escuchar” como solía repetir, se nos fue dando un ejemplo
de laboriosidad y entrega a la cultura vasca, “de la que Alava forma parte”
Testua: Josemari Velez de Mendizabal
Argazkiak: El Correo de Alava
Argazkiak: El Correo de Alava
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