Otsailaren 13an hamar urte bete dira Carlos Abaitua apaiz, pentsalari eta gizon konprometitua hil zela. Une hartan artikulu bat publikatu nuen nire blog batean, eta hamar urteren ondoren orduko idazkia gaztelerara tzuli eta txoko honetan publikatzea iruditu zait bitartekorik onena gizon haren gaineko oroitzapena bizirik iraunarazteko.
El 13 de febrero se ha cumplido el décimo aniversario de la muerte de Carlos Abaitua, sacerdote, pensador y hombre comprometido. A su fallecimiento escribí un artículo en mi blog, y he querido recuperarlo traduciéndolo al castellano. Sirva para mantener viva la memoria de aquel hombre extraordinario.
Ha muerto Carlos Abaitua. El 13 de febrero se apagó la vida del sacerdote comprometido desde su fe cristiana en el servicio ininterrumpido a los colectivos sociales. El hombre profundo y entregado al prójimo que desde su ordenación hace sesenta y cinco años ha perseguido la injusticia social se nos fue para siempre, tras una corta enfermedad que le tenía retirado.
Era mi amigo de siempre. Y tanto que de siempre, ya que nos habíamos conocido en 1957, dentro de un ambiente familiar, en el pueblito alavés de Villamardones. En aquel entonces la Secretaría Social del Obispado de Vitoria, donde él trabajaba, explotaba una granja agro-pecuaria en el citado lugar, con el objetivo de procurar alimentos adecuados para los más necesitados de la diócesis. Desde aquel lejano primer encuentro –yo un niño de nueve años- nuestra relación fue creciendo y Carlos fue convirtiéndose en mi referente cristiano.
Había nacido en Bérriz en 1921 y se ordenó sacerdote en 1946 en el Seminario de Vitoria-Gasteiz. Continuó sus estudios en Roma y a su regreso pasó al Obispado de la capital, donde comenzó a trabajar a favor de los pobres y desamparados. Predicó la doctrina de la liberación, con un discurso fresco, decidido, siempre de máxima actualidad.
Se debe a Abaitua el diseño del barrio gasteiztarra de Adurza, erigido en un momento en que la capital alavesa era destino final de un gran flujo de inmigración, en condiciones prácticamente infrahumanas. Se convirtió en consejero espiritual y material de un sinfín de inmigrantes, llegados a nuestras tierras con poco más que el cielo y la tierra. En más de una ocasión me habló de las misas que celebraba en el poblado de Santiagolarra, de Ullibarri Gamboa, para los cientos de trabajadores llegados a la construcción del embalse.
Carlos Abaitua y José María Setien escribieron en aquella época el opúsculo “Un barrio nuevo” donde
afirmaban: “La Iglesia con presencia activa en el barrio es una pieza fundamental en las futuras relaciones humanas del poblado, algo así como una Iglesia indígena en medio de la cristiandad naciente”La tesis doctoral de Abaitua, realizada en 1964, versó en torno a “La doctrina sobre la libertad política en el magisterio del Papa León XIII” En dicho trabajo hace una valiente defensa de los valores que el liberalismo pone en riesgo, aplaudiendo el camino abierto por Juan XXIII con la encíclica “Pacem in terris”
Carlos Abaitua anteponía a cualquier otra vía el diálogo decidido que permita superar las diferencias entre las personas. Eso es, precisamente, lo que reivindicaba en su libro “Católicos desunidos”, en una llamada a desactivar los extremos encontrados. Estaba convencido de que la intercomunicación es la base del acercamiento entre teorías alejadas. Y defendía la construcción de puentes entre ideas contrapuestas. El citado libro suponía el quinto de la “Colección Antena”, siguiendo en el orden de aparición a autores como Ricardo Alberdi, Gregorio Rodríguez de Yurre, José María Setién y Jerez Tiana. Sin duda, todos ellos excelentes pensadores y comprometidos militantes cristianos. Son palabras de Abaitua:
“La transformación del sistema económico no puede hacerse sin el sacrificio de todos, aceptando una reducción del consumo. Para solucionar el paro hay que invertir y para invertir hay que ahorrar; por esto, la solución de la crisis económica y laboral pasa por la austeridad y por la superación de esta sociedad consumista en la que nos movemos”
¿Nos recuerdan algo esas palabras? Parecen dichas, precisamente, para hacer frente a la gran crisis que azota en nuestros días a la sociedad en general. ¡Y son de 1982! Concretamente de cuando estaba al frente de la Facultad de Teología de Vitoria. Y ya para entonces Abaitua consideraba arcaico nuestro sistema económico.
En los funerales de Carlos Abaitua, quien fuera su amigo y compañero Jose María Setién afirmó que Abaitua significaba el progresismo en la iglesia, convencido como estaba de que no es suficiente el puro credo religioso para entender y extender el evangelio. Conocer la realidad sociológica y trabajar con ella era para Abaitua totalmente necesario a la hora de llevar a cabo la función pastoral. Tener conocimiento de la naturaleza de la crisis era en Abaitua la base para poder optar a la evolución esperanzadora de la sociedad. Según Setién, ésa era una cualidad natural en Carlos Abaitua: “Descubrió cómo debe de estar en su sitio el sacerdote, sin vivir de espaldas a las grandes necesidades de los seres que, aun sus penurias, deben de ser amados”
Abaitua fue consecuente con su fe cristiana. Denunciaba la demagogia, sobre todo la de quienes sin haber hecho nada por evitarlas condenan las injusticias. Reivindicaba sin desmayo la defensa de los derechos humanos, siendo la justicia social el motor de todos sus actos. Era de los que pretenden la evangelización por medio de los hechos. Como anécdota diré que la última vez que paseé con él por las calles de la capital alavesa me hizo una encendida defensa del derecho de las mujeres musulmanas llegadas a Euskal Herria para vestir su tradicional velo.
Pero Carlos Abaitua era además un hijo de su pueblo, un vasco que amaba Euskal Herria, y que sufría cada vez que se producía cualquier hecho violento que sacudiera nuestra sociedad. Estaba convencido de que la iglesia vasca debía tomar parte en la labor de pacificación entre los ciudadanos. Junto a José Antonio Pagola publicó en 1990 “Cambio social y evangelio en el País Vasco” y en el libro decía: “El magisterio de los Obispos vascos sobre la paz ha llegado poco a las bases eclesiales. Sin embargo son éstas las que se deben implicarse en lo que debe asumirse como una prioridad pastoral específica de los cristianos vascos. La pacificación condiciona el propio proceso de la fe en Euskadi. Algo habría que hacer para que las bases asuman como suyo lo que les corresponde. ¿No ocurrirá que al pueblo llano le dicen más los gestos que las palabras?
Carlos Abaitua nos dejó ahora hace diez años, pero su espíritu permanecerá entre nosotros mientras exista la injusticia social.
TESTUA ETA ARGAZKIAK: JOSEMARI VELEZ DE MENDIZABAL
ARTICULO ORIGINAL
https://txemax.blogspot.com/2011/02/carlos-abaitua-hil-da.html
Benetan interesgarria C. Abaituak, duela asko, esan zuena eta gaur egungo egoeran kontuan hartzekoa. Bikain!
ResponderEliminarMuy interesante leer lo que decía este sacerdote, del que había oído hablar mucho, ya en épocas pasadas y que real se hace en nuestra actual situación.