LA NAVIDAD COMO EXPRESIÓN CULTURAL
Gabonaldiak, dudarik gabe, jatorri erlijiosoa dauka. Hori inork ez du zalantzan jartzen. Hala eta guztiz, gure gaur egungo gizartean, hirritar askok ez ditu neguko festa hauek bizitzen fededun moduan baizik eta herentzia kulturala bezala. Nik uste dut aspektu hau esanguratsua dela eguberria etortzear dagoenean eta gure tradizio ohiturak hainbat sektoretatik ikuspuntu kulturala baztertzen denean. Artikulu honetan gabonaldiak duen oinarri kulturala balioan jarri nahi dut.
Desde que el hombre es
hombre ha buscado adaptar sus ciclos festivos a los ciclos de la vida,
fundamentalmente por su dependencia durante siglos de la agricultura y la
ganadería. Así la naturaleza, y es esta una perspectiva antropológica fundamentalmente
ecologista, marcaba los ritmos del tiempo de labor y del tiempo mágico, del
tiempo sanador, es decir del tiempo festivo. Uno de esos ciclos es el que
coincide en todo el hemisferio norte con el solsticio de invierno, con el parón
de la naturaleza, de la vida. Es este un tiempo de poca luz, de oscuridad, de
recogimiento doméstico y familiar. Precisamente por todo ello se celebra el tiempo
que se acerca: la proximidad del momento en que comienzan a ganar peso la luz y
el calor, por lo tanto el acercamiento paulatino al despertar de la naturaleza que
llegará con la esperada primavera. De ahí que ya los romanos celebraran el
“Natalis Solis Invicti-Nacimiento del Sol Invicto”, festividad asociada al
nacimiento del dios Apolo. Con la cristianización, las fiestas paganas se
readaptan y en el nuevo imaginario se decide recordar el nacimiento de
Jesucristo, allí en Belén, un 25 de diciembre hace 2021 años. Desde entonces la
“Natividad”, este tiempo desde adviento hasta la festividad de los Reyes Magos
se celebra entre nosotros con toda una serie de rituales, profanos y
religiosos, que coinciden en algo característico de toda fiesta: su magia. Y es
que la magia impregna la festividad de la navidad. Invito a la concurrencia a
recordar. Por favor piensen en las navidades de su infancia, en las de su
juventud, en las de su actual madurez pensando en la ilusión de hijos o, quizás
ya, nietos. Reconocerán que en todas ellas la fantasía, la alegría, la reunión
o el misterio, es decir la magia, por la llegada de Dios, Olentzero o los Magos
de Oriente, están presentes.
Bien, pues uno de esos
rituales navideños es en nuestro entorno cultural el Belén o Nacimiento. Se suele ubicar su nacimiento, valga la
redundancia, en el S. XIII y su autoría se atribuye a San Francisco de Asís que
en la Navidad de 1223 realizó un Belén viviente en una gruta de Greccio. Es
pues el Nacimiento una de las tradiciones más hermosas de nuestra navidad. A
pesar de la introducción de elementos llegados del norte de Europa, como son el
abeto de navidad y Santa Claus, o recreaciones propias como es la leyenda de
Olentzero (una importante recuperación que debemos al recordado Joxe Miel Barandiaran), el Belén es sin duda el elemento ritual que más se aproxima a la
esencia de la navidad ("la jaiotza", que tanto reivindicaba también aita Barandiaran). Les pido
de nuevo que recuerden su infancia, que
actualicen su memoria navideña, que vivan el presente también. ¿Acaso no hay un
Nacimiento en esas imágenes?
Las modas lo invaden
todo, nuestras formas de consumo, de ocio, de cultura. Así en los últimos
tiempos parece generalizarse una moda que hace de la demolición de todo lo
anterior una profesión de fe y supuesta progresía. Las tradiciones, costumbres
o raíces que nos conforman como sociedad, entre ellas la tradición belenista,
son cuestionadas, y eso que en principio no está mal resulta letal si se hace desde
un espíritu auto-destructor muy alejado de esa crítica constructiva que hace
avanzar a todo grupo humano. Así, los sustentos antropológicos que han definido
nuestra identidad (múltiple y diversa, ciertamente, que avanza y se transforma,
pero identidad al fin y al cabo) hasta nuestros días, son sometidos a una
sistemática acción de deconstrucciíon para ser anulados, en algunos casos, o
sustituidos, en otro, por rituales que tienen que ver más con el desconocimiento
o las modas foráneas que con el devenir diacrónico de nuestra historia. Esta tendencia
penetrando absolutamente todos los aspectos de eso que Durkheim denominaba
“conciencia colectiva” y en esta época le toca también a una de nuestras
festividades más importante: la navidad. Así, determinados sectores ideológicos
están recuperando la idea de las “Saturnales” romanas, para buscar el reencuentro
con las celebraciones paganas del solsticio de invierno, frente a nuestras
“navidades cristianas”. De esta forma se
está generalizando el uso de expresiones como “felices saturnales”, “felices
fiestas de solsticio de invierno” o “abendualdia disfrutatu”. Determinados
ayuntamientos han celebrado la fiesta de las “magas de la navidad”, pues se
considera una forma laica y republicana de festejar este tiempo festivo
invernal frente a las navidades tradicionales, que son consideradas una fiesta
retrógrada y monárquica. La ciudadanía
es libre de hacer con su vida lo que sea, no seré yo quien diga lo contrario,
pero tratándose de personajes que se deben a la cosa pública y con el ánimo de
documentar con seriedad su propuesta imagino que se habrán encontrado infinidad
de tesis doctorales realizadas sobre el tema en numerosas universidades del
mundo y bibliografía abundante al respecto de importantes eruditos, sociólogos,
etnógrafos y estudiosos de los rituales festivos. ¿O no? Ya el pasado año una importante
ciudad española promovió unas navidades más “laicas”, con propuestas como la
celebración del solsticio de invierno y la fiesta de la luz, o la campaña “no
somos rosas ni azules”; otra no menos
importante capital también apostó porque no hubiera belenes en las calles, pues
otras comunidades religiosas podrían verlo como una ofensa; incluso una ciudad
a la que acuden anualmente miles de peregrinos decidió suprimir el belén navideño de su
mundialmente conocida plaza para sustituirlo por unos abetos; o el caso de una
hermosa villa mediterránea que también eliminó la proyección de motivos
navideños en la fachada de la casa consistorial, para sustituirlos por figuras
más laicas. La lista sería interminable si añadimos la negativa de ludotecas,
colegios, residencias y organismos que sustituyen villancicos, nacimientos y
zambombas por hip hop, castillos de play móvil o degustaciones de cuscús,
pensando de esta forma ser mucho más progresistas. Creo sinceramente que nunca
nadie dio tan pobres argumentos como los que esta especie de “laicidad Disney”,
tan alejada de la de otras sociedades de nuestro entorno europeo, está aportando.
Las manifestaciones culturales de origen religioso de nuestra actual
sociedad, evidentemente secularizada, cuestión que no me cansaré de aplaudir, no
tienen por qué ser vistas como una práctica de fe. Sí lo serán para quienes se
consideran creyentes, pero para otros muchos son simples rasgos de nuestra
tradición cultural, forman parte de nuestro patrimonio material e inmaterial. Es
decir, tienen una evidente carga cultural. Basta que se den ustedes una vuelta
por sociedades mucho más laicas, y desde hace mucho más tiempo, que la nuestra
para comprobar lo que estoy diciendo. En Francia qué decir de la navidad en los
pueblos de Alsacia como Colmar o Kayseberg, en París, en Estrasburgo, en todas
sus ciudades la fiesta mayor del año se celebra alrededor del “Marché de Nöel.
En Alemania el momento más importante del año, tanto de reunión familiar como
de socialización amical, se realiza en torno al Chistmas Market , recuerdo con
especial agrado el Weihnachtsmarkt de
Friburgo y el vino caliente, “Gluhwein”, tomado allí en compañía de
inolvidables amigos. Podríamos seguir por los distintos mercados de Bruselas,
especialmente el ubicado en la Grand Place, o Brujas, con su famoso Kerstmarkt
Brugen, en todos ellos se puede disfrutar de villancicos y música religiosa
mientras se degusta una estupenda “bière de nöel” viendo pasar a los Reyes
Magos junto al típico Sinterklaas o Papá Nöel belga. Acudir a visitar los
belenes y escuchar música en las iglesias iluminadas durante estas fechas,
poner abetos o nacimientos en las comunidades de vecinos, oficinas, colegios y
hospitales, no es visto como una liturgia religiosa sino como una práctica
cultural que indudablemente ha llegado hasta nuestros días desprovista de la
sacralización de antaño; pero no por ello se cuestiona su presencia en los
espacios públicos y mucho menos su eliminación. Ya lo dijo la inigualable Erma
Bonbek: “No hay nada más triste en este mundo que levantarse la mañana de
navidad y no ser un niño”.
Cuidado. A este paso no solamente nos podemos cargar la misma esencia de
la navidad, también nos podríamos cargar su magia, y sin ese tiempo mágico,
necesario, cualquier ritual festivo pierde su razón de ser como revitalizador y
sanador de su tejido social para seguir siendo tiempo de cotidianidad. Por eso
deseo subrayar la importante labor que se hace desde las asociaciones
belenistas, un trabajo que resulta fundamental para mantener viva la llama de
la navidad, ese profundo mensaje que debiera marcar el camino de nuestras
actuales sociedades de bienestar y que tan desdibujado está quedando, en
definitiva, el mensaje que nos dio quien está representado allí en un humilde
pesebre de cualquier “Belén”: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.
El mismo mensaje que alumbró el artículo primero de la Declaración Universal de
los DDHH.
Ese es el verdadero mensaje de la Navidad y dura 365 días.
Pregón de Navidad pronunciado por nuestro socio Jesús Prieto Mendaza en diciembre de 2017 en el marco de la Iglesia del Carmen de Vitoria-Gasteiz
Fotografías El Correo y Arabako Belentzaleen Elkartea-Asociación Belenista de Álava
Jesús vaya mi aplauso con los mejores deseos para el próximo año CARMEN
ResponderEliminarGracias por tu comentario Carmen. Mila esker!!!
EliminarPrecioso, actual y como siempre instructivo tu estupendo pregón. Gracias y Feliz Navidad. Toya
ResponderEliminarNo eres objetiva Toya, hay demasiado afecto labrado en años de feliz compañerismo "berritzegunero". Feliz navidad para tí y todos/as los miembros de la Cofradía de Amigos de San Prudencio!!!
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