San Prudentzio jaiak atarian daude. Eta Urrezko Zeledonek oroitzapen txiki bat izan nahi dute historia moldatzen joan diren zenbait mugarrirekin. Oraingoan ere Jose Maria Bastida "Txapi" gure kidearen eskutik egiten dugu. Eskerrik asko, lagun!
Las fiestas de San Prudencio están aquí. Y Celedones de Oro desean tener un pequeño recuerdo para diversos hitos que jalonan nuestra historia. También en esta ocasión lo hacemos de la mano de nuestro compañero José María Bastida "Txapi", a quien vivamente agradecemos.
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En el callejero de nuestra Ciudad existen dos vías públicas
dedicadas al Patrono de las Tierras de Álava, San Prudencio: la calle y la
avenida de San Prudencio. Existe una tercera calle, pero no está exactamente
dedicada a él sino a una antigua institución fruto de una fundación realizada
por el Obispo Martín de Salvatierra: el Colegio de San Prudencio.
La calle de San Prudencio, inicialmente, no era como la
conocemos en la actualidad, sino que comenzaba en la actual calle Dato y
finalizaba en la de los Fueros. Pasaron muchos años hasta que se le añadió el
tramo comprendido entre las calles de San Antonio y Dato.
Cuando en 1864 y 1865 se elabora el proyecto de urbanización
de la calle de la Estación, se trazaron dos calles laterales, bautizándolas por
primera vez en la historia del callejero local con los nombres de dos alaveses:
el General Álava y San Prudencio. Hasta entonces, los nombres propios estaban
dedicados a Santos relacionados con iglesias, conventos, hospitales, etc.
Dejemos de lado la Calle del General Álava, entonces en
realidad un callejón entre la actual Dato, las traseras de la entonces primera
casa de la calle San Antonio y los límites de las huertas de las Clarisas del
Convento de la Inmaculada, popularmente de San Antonio, y centrémonos en la
calle que nos ocupa. A ella corresponde la fotografía de Enrique Guinea. Es el
trozo de calle comprendido entre la calle de Dato y la de los Fueros.
Foto: Enrique Guinea Maquibar /AMVG |
La antigüedad de la instantánea nos la da que el Nuevo
Teatro, actual Principal, no está construido. Se edificó entre los años 1917 y
1918, con planos de Cesáreo Iradier, por los contratistas Ricardo Uralde y
Salustiano Mendía. El solar utilizado para la construcción pertenecía a la
Eléctrica Vitoriana y es el que vemos a la derecha, detrás de los primeros
caballos. Al construirse el teatro, se derribó la casa primera y más baja de
todo el bloque que se ve tras el poste del tendido eléctrico. En su lugar se
prolongó la fachada del teatro haciendo una entrada con el mismo estilo que
daba paso a un pasaje descubierto por el que se entraba a los camerinos,
situados en el mismo lugar que en la actualidad. Con el paso del tiempo, se
derribó la casa siguiente, un poco más alta y la parte de fachada del teatro
que daba al pasadizo construyéndose en el solar resultante el edificio actual,
donde estuvo la pastelería de Alberdi. Para la entrada a los camerinos quedó
una lonja cerrada por una puerta metálica corredera que no se ha modificado en
las reformas realizadas. Tras todo este conjunto vemos una casa más alta que
fue la que albergó durante muchos años muebles Azpiazu elevándosele una altura.
Ese edificio se reconstruyó albergando a Publicidad Arbex. En su piso primero
estuvo en la década de los cincuenta el Nuevo Club con una piscina descubierta.
Posteriormente, lo equiparía el Estadio S.D. construyendo una piscina cubierta.
Volviendo a los años de urbanización de esa zona, existía el
llamado barrio del Arca con una calle irregular que iba desde la plaza Nueva
hasta el pozo de las Ánimas en la actual calle Florida, y un callejón que
ocupaba parte del principio del tramo de la calle San Prudencio comprendido
entre Dato y Fueros, y todo el otro tramo hasta las traseras y terrenos de unas
casas entonces existentes en la calle de San Antonio. Al proyectarse la calle
de San Prudencio, se utilizó como referencia la esquina de dicho callejón con
la calle de la Estación, urbanizándose, absorbiendo parte de él, el tramo desde
la actual Dato hasta Fueros, permaneciendo con el nombre de callejón del Arca
la otra parte de la calle San Prudencio actual.
Foto: Juan Gómez Mendoza /AMVG |
En la fotografía de Juan Gómez Mendoza vemos cómo era la entrada
a ese callejón. Tanto al edificio de la izquierda, construido en 1878, como al
de la derecha, que edificado en 1881 albergó posteriormente durante muchos años
a la casa Singer, se les dio línea pensando ya en una futura calle. Es más: la
parte verjada estaba en usufructo, estando catalogado el terreno como para vía
pública. Sin embargo, todo estuvo paralizado mucho tiempo. En 1911 se inauguró
el Frontón Vitoriano. Para acceder a él, había que atravesar por ese tortuoso
callejón. Eso motivó que en 1917 varios concejales presentaran una moción
proponiendo diversas soluciones para facilitar el acceso para que pasasen a
estudio del arquitecto municipal, Javier Aguirre, para que elaborase un
proyecto. Aprobada la moción, se siguieron todos los trámites que incluian la
expropiación de todo el terreno necesario y el derribo, aparte de las pequeñas
edificaciones del callejón, de un edificio completo de la calle de San Antonio
y parte de otro. Vencidos algunos problemas surgidos por discrepancias con el
peritaje del valor de las fincas, que hicieron necesaria la intervención del
Juez, la calle se abríó en 1923, desapareciendo el callejón del Arca y
unificándose todo como calle de San Prudencio. Al año siguiente comenzaría la
construcción del Teatro Príncipe, luego cines Guridi y ahora un supermercado,
que se inauguraría en diciembre de 1925.
La Avenida de San Prudencio se perfiló, en su trazado desde
el Mineral hasta el lugar actualmente ocupado por el monumento, en el año 1925.
El día de San Prudencio de 1937 se colocaba la primera piedra del mismo a la
par que se bendecían las escuelas que se ven en la fotografía. Sin embargo, la
inauguración oficial de las mismas no se haría hasta el dos de diciembre del
año siguiente.
Foto: Enrique Guinea Maquibar / AMVG |
El monumento obra de José Marín Bosque y José López Goicolea,
tardaría más en ser levantado, inaugurándose el 28 de abril de 1940, año en que
está realizada la fotografía de Enrique Guinea.
Foto: Enrique Guinea Maquibar / AMVG |
Con el tiempo, las escuelas fueron derribadas para dar paso
en la década de los setenta a la ampliación de la avenida, atravesando la
inmensa campa allí existente, donde antaño pastaban las ovejas, como vemos en
esta última fotografía de Enrique Guinea, para terminar en el camino de
Armentia o Armentiabidea, que partiendo de la carretera general conduce hasta
la entrada de la Basílica de Armentia.