Mardones, en papel de Ramfis (Aida) |
Gaurko ekarpenaren bidez, Mardonesen gaineko albiste bat ekarri nahi dut txoko honetara. Opera abeslariak 1928ko abuztuaren 4an Gasteizen eman zuen kontzertu bat eta egun hartan, berarekin batera, goi mailako beste artista bat aritu zen, Albina Madinabeitia biolin jole arrasatearra. Madinabeitiak 18 urte zituen baina bere ospea estatu osora hedatzen zen ordurako.
Se
cumplen ciento cincuenta años del nacimiento de, seguramente, el cantante
lírico más sobresaliente que ha surgido en Álava. Me refiero, obviamente, a
José Mardones, nacido en Fontetxa el 14
de agosto de 1868. Su trayectoria artística le llevó a actuar en los
principales escenarios operísticos del mundo y fue considerado como el mejor
bajo de su época.
En mi
aportación de hoy quiero traer al lector una noticia sobre la actuación en
Vitoria el 4 de agosto de 1928 de Mardones, acompañado aquella vez en el
escenario por la gran artista que fue la violinista nacida en 1910 en
Mondragón, Albina Madinabeitia, quien para entonces extendía su fama por todo
el estado, habiendo sido considerada con el violín como niña prodigio.
Mardones
había pasado momentos malos, con una afección de garganta, y durante una
temporada dejó de actuar. En 1928 volvió a cantar y es entonces cuando realizó
una gira por el País Vasco. Una de aquellas actuaciones es la que le trajo a la
capital alavesa. Y El Heraldo Alavés, en su edición del 4 de agosto decía, tras
el título “Albina Madinaveitia y Mardones aclamados”:
“Vitoria
y Álava se han honrado hoy al llenar en su casi totalidad nuestro elegante
Nuevo Teatro. Han dado muestras de poseer un sentido artístico y un gusto
depurado, y los asistentes han recibido el premio a su sacrificio, pues no
obstante los precios, elevados para lo que estamos acostumbrados en Vitoria,
nadie ha salido pesaroso ni cansado. No hemos oído ovaciones tan continuas y
largas como las hoy prodigadas. El insigne artista se mostraba satisfecho.
¿Qué
ha parecido Mardones? Sencillamente colosal. No hubo exageración, quizás todo
lo contrario, en lo que de nuestro paisano hemos leído en revistas y periódicos
del otro lado del Atlántico; es Mardones cosa única en su arte. Una garganta
privilegiada, unas facultades en pleno apogeo, una escuela de canto formidable,
así, formidable, y un dominio en los registros todos que entusiasman al más
profano. Aquella “Canción de los Hugonotes” cúmulo de dificultades para un
bajo, motivó su interpretación a que los ¡bravos! Y ¡vivas! atronasen el
teatro.
La
composición del programa fue un alarde por parte de nuestro Mardones, de
dificultades y escollos. Mas ¿qué importa? Si desde el trono alto en que su voz
se confunde con la de un buen tenor hasta las notas más bajas más profundas,
todo lo domina. En los bajos se confunde el sonido de su privilegiada garganta
con el de un bien construido órgano”
Mardones
cantó en la primera parte el aria “Di sposo… di padre” de A.C.Gomes; ”Le Cor”
de A. Flegier; en la segunda: Romanza “Ilacerato spirito” de G. Verdi; y en la
tercera: la cantiga “Una noite na cira do trigo”, y el zortziko “La del pañuelo
rojo” de A.Aguirre.
Y quedaba
la otra actuación estelar de la mañana, Albina
Madinabeitia, quien
interpretó: Aria de
Bach; Aires bohemios de Sarasate; Caprichos XIII y XX de Paganini; y Polonesa brillante de
Wieniauski. De su actuación escribió el
cronista de El Heraldo de Álava:
Albina Madinabeitia, 1928 |
“Nos
queda poco espacio ya para alabar cual se merece la bellísima artista Albina
Madinaveitia. Decir que estuvo insuperable, dominando el violín, es poco; es la
dominadora del difícil instrumento, con su arco ha sabido pulsar con su
instrumento el de todos los concurrentes. Y no fue nada lo que volcó sobre el
programa. Obras conocidas porque los grandes ejecutantes las ponen en sus
tournées, como para muestra y gala de sus facultades. Bach, Sarasate, Paganini,
Wieniauski, -¡unos casi indocumentados!- tuvieron acertada interpretación en
las excepcionales condiciones de la hermosa guipuzcoana.
Aguardan a Albina días de gloria; aún está en el pórtico del triunfo, pero hay que asegurar que su dominio en el violín y sus aptitudes verdaderamente extraordinarias, le franquearán en poco tiempo los goces de un triunfo arrollador. La acompañó el pianista de Eibar don Juan Figuerido, con notable gusto, así como al bajo alavés le acompañó el viejo maestro señor Tabuyo, que tantos y tan buenos discípulos va creando con sus especiales condiciones de aptitud musical.
Aguardan a Albina días de gloria; aún está en el pórtico del triunfo, pero hay que asegurar que su dominio en el violín y sus aptitudes verdaderamente extraordinarias, le franquearán en poco tiempo los goces de un triunfo arrollador. La acompañó el pianista de Eibar don Juan Figuerido, con notable gusto, así como al bajo alavés le acompañó el viejo maestro señor Tabuyo, que tantos y tan buenos discípulos va creando con sus especiales condiciones de aptitud musical.
El
público a todos hizo salir al final del concierto para prodigarles la gran
ovación, justa, merecidísima. Y nosotros se la prodigamos al mismo tiempo que
ensalzamos al público que supo acudir a esta fiesta imborrable de arte y
cultura”
“La
voz de Mardones, potente y sonora, ágil y flexible, provista de color y de matiz,
posee como una de sus excepcionales características un ámbito extensísimo; lo
mismo sostiene con naturalidad una nota grave y densa, como se dilata por la
tesitura del tenor, y con un timbre uniforme alcanza en ella alturas impropias
de su cuerda. Pero a todo ello hay que agregar un gesto y una técnica personal.
Una valentía del gesto que cautiva al oyente. Mardones es un artista. Hacer
sentir es patrimonio de muy pocos.
Albina
Madinaveitia, la ya familiar artista, nuevamente puso una nota vibrante y fina
en el concierto. Artista que comienza – con innegable temperamento y técnica
limpia y ágil- siempre interesa y conmueve. Su arte es ante todo femenino. Y
esto que en un varón pudiera ser, en cierto sentido, negativo, en ella adquiere
un acento personal no desprovisto de encanto. Su interpretación del Aria de Bach
nos dio nuevamente una confirmación de lo indicado. Reciba la gentil artista
nuestra aclamación calurosa”
Tras el
concierto tuvo lugar un almuerzo en
honor de Mardones, organizado por el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación de
Álava. Se desarrolló en el Hotel Frontón y para la muy reducida asistencia por
invitación se sirvió un menú a todas luces excelente: Entremeses; revuelto de
perrechicos; langostinos salsa tártara; pollo salteado a la inglesa; espárragos
vinagreta; jamón en dulce y gelatina; huevo hilado; mantecado; tarta de yema;
frutas, quesos; vinos variados; cafés, licores y habanos. Además de las primeras
autoridades locales y provinciales asistieron al almuerzo Albina Madinabeitia y
su tío Cruz Madinabeitia, como tutor de la aún menor de edad.
El alcalde Montoya entregó a Mardones en nombre del Ayuntamiento y Diputación un
pergamino confirmándole al cantante su nombramiento como hijo ilustre de Alava.
Josemari Velez de Mendizabal
Argazkiak /Fotografías: JMVM