Gasteizen Mikel Delika, "Fiti", aipatzea segituan lotzen da alde batetik beirate artearekin eta beste aldetik musikarekin. Musika era eta arlo askotan zeren eta Mikel txistua ez ezik tronpeta eta hainbat musika tresna jotzen bait ditu. Baina bere Txikita kaleko tailerrean sartzeak ere suposatzen du gure hiriko historiaren zatitxo batean sartzea, nik esango nuke museo batean sartzea dela. Agian museo intimoa, lagunentzako museoa. Agian horrela jarraitu behar...
Mencionar en Vitoria a Mikel Delika supone enseguida hablar de un personaje conocido. Y es que Delika, "Fiti" para los amigos, es además de una gran persona un hombre reconocido por dos de sus facetas principales, o mejor dicho por dos de sus pasiones. Una es su trabajo como maestro vidriero, el "arte de la luz" como él mismo refiere. Es en ello un experto reconocido que lo mismo está trabajando en una vidriera de la Universidad de Comillas que reparando otra al día siguiente en una institución de Gran Canaria. Su otra faceta es la de músico. Un apasionado por la música, un hombre que, además de con gran oficio, la vive como elemento de amistad y difusión cultural vasca. Es imposible disociar la retreta de San Prudencio de la persona de un Mikel ataviado con esa peluca de tiempos pretéritos, o pensar en un pasacalles festivo durante las fiestas sin la presencia de Delika junto a otros conocidos txistularis.
Además de todo ello, adentrarse en su taller de la vitorianísima calle Txikita, es adentrarse en un mundo fascinante. Mezcla de metal y vidrio, además de por infinidad de instrumentos musicales desordenados por las esquinas, nos ofrece también en sus paredes una exposición de fotografías y recuerdos que resultan un compendio de referencias históricas de nuestra ciudad. Fotografías de sucesos, personajes y amigos, pues la amistad es la divisa de nuestro Celedón de Oro 2020. Se diría que es un pequeño museo, recóndito, íntimo, abierto para los amigos. Y...quizás así deba permanecer, pero lo que está fuera de toda duda es que es un lugar con alma.