Hil da Susana Arechaga Urrezko Zeledonen bazkidea. Arabako erlijios-artearen adituaren galerak dolu-agerpenak ekarri ditu gaur lurraldeko kultura zirkulu askotara. Ikerlari, irakasle eta dibulgatzaile trebe bat joan zaigu.
2017ko maiatzaren 15ean eskaini zigun
hitzaldiaren transkripzioa jartzea iruditu zaigu une ilun hauetako oroitzapenik
zintzoena.
Goian bego, Susana Arechaga!
Ha fallecido Susana
Arechaga, socia de Celedones de Oro. La pérdida de esta experta en arte
religioso ha vestido de luto el mundo cultural alavés. Perdemos a una
talentosa investigadora, docente y comunicadora en su especialidad. Ello fue lo
que le trajo a formar parte de nuestra asociación.
Publicar su conferencia
del 15 de mayo de 2017 es el testimonio de admiración más sincero en estos momentos.
¡Descanse en paz, Susana
Arechaga!
ARTE
MONUMENTAL EN ÁLAVA
Susana
María Arechaga Alegría
Profesora Historia del Arte
Presentación
Dos
conceptos son básicos en esta disertación “arte” y “monumento”. La combinación
del interés artístico, y por lo tanto histórico, con la monumentalidad, da como
resultado el elenco de bienes protagonistas de la charla.
Nuestro
objetivo es la aproximación a la historia monumental alavesa a partir
fundamentalmente de la arquitectura, pero no exclusivamente. El término monumento ha ido cambiando su contenido
a lo largo del tiempo y de ser un “recuerdo” del pasado, en su versión
etimológica latina, se fue convirtiendo
en la denominación de los bienes arquitectónicos
más sobresalientes por su antigüedad y estética, dentro dela jerga jurídica
patrimonial europea desde el siglo XIX. En las actuales legislaciones (Ley de
Patrimonio Histórico Español, de 1985 y Ley de Patrimonio Cultural Vasco, de
1990) adquieren la denominación de monumento los bienes individuales singulares
de distintas características y materialidad, habiéndose ampliado mucho el
concepto.
En
cualquier caso, nosotros analizaremos brevemente los bienes correspondientes a
la arquitectura y la escultura monumental (retablos) que cuentan con la máxima
calificación patrimonial como Bienes Culturales Calificados, dentro de la
categoría de Monumento y, por su especial significación y valor artístico
también mencionaremos la pintura monumental, especialmente del siglo XVI.
Contextualización
Las
manifestaciones materiales de un pueblo vienen determinadas en primer lugar por
el marco geográfico en el que se desarrollan. Aprendí de la insigne
historiadora vitoriana Dña. Micaela Josefa Portilla Vitoria que primero hay que prestar atención a la geografía.
La climatología y orografía del terreno: las montañas, los ríos…en definitiva,
los elementos naturales marcan las comunicaciones y los establecimientos
humanos y, por tanto, todas sus manifestaciones vitales. Lo primero que debemos
de tener en cuenta es que la tierra alavesa, tan diversa y rica en su geografía
física, a pesar de su pequeñez, siempre fue una encrucijada entre diversas
rutas de comunicación, tierra abierta,
enriquecida por esa circunstancia en muchas cuestiones como en las
manifestaciones artísticas a las que hoy, de manera resumida, prestamos
atención.
El contexto histórico en el que se circunscribe esta charla es el comprendido entre la Edad Media y el alborear del siglo XX. Los momentos más antiguos de nuestra historia (Prehistoria y Romanización) son más objeto de estudio de la arqueología que de la historia del arte. Podemos afirmar que los testimonios de arte monumental en Álava comienzan a ser abundantes en la Edad Media, de la mano de los templos (como soportes del resto de las artes) y de la arquitectura fortificada. Desde esos momentos hasta la época contemporánea, realizaremos una revisión de los monumentos más sobresalientes entre los que se incluyen más de una veintena de retablos y llamaremos la atención sobre la singular abundancia de pinturas murales durante el Renacimiento y el Barroco.
Reseña del arte monumental alavés
Como
en la mayor parte de Occidente, el arte religioso cristiano constituye el
patrimonio histórico-artístico más importante de nuestro territorio.
Se
puede considerar el fenómeno del
eremitismo, durante la Edad Media en la mitad meridional de Álava, junto
con algunos restos arqueológicos de primitivas basílicas, como los más antiguos
vestigios monumentales vinculados con la fe cristiana. Nuestra Señora de la Peña en Faido (Monumento Nacional de Euskadi
desde 1984) es el templo más antiguo de la Comunidad Autónoma Vasca que
mantiene el culto. El eremitismo vincula a nuestra tierra a un ámbito más
amplio como el de las cuevas artificiales y eremitorios riojanos o sorianos.
Con
el Románico se puede hablar de recuperación de la expresión artística y
monumental en Álava, dados los escasos vestigios prerrománicos. En primer lugar
la creación de una diócesis con sede en Armentia hasta el siglo XI y, en segundo lugar, la presencia del Camino
de Santiago, fenómeno de vital importancia para la homogeneización de formas
constructivas e iconográficas en la Europa feudal, supusieron un acicate para
la construcción de templos y monasterios. El ramal del camino que desde Irún y
Hondarribia, por el valle del Oria y el Túnel de San Adrián, llegaba a Álava
para enlazar con la ruta principal en la Rioja o en Burgos (incluido desde 1962 en la declaración del
Camino principal) hizo posible el levantamiento de nuevos edificios religiosos,
hospitales, y también la adopción de nuevas devociones como las de San Martín,
Santa María Magdalena, Santa Marina, etc.
Los
monjes benedictinos se asentaron en Estíbaliz. Ellos fueron fundamentales para
la confección y difusión del primer estilo artístico internacional cristiano,
es decir el Románico, en Europa Occidental, y este hecho es constatable
igualmente en nuestro territorio.
Son
abundantes, por tanto, los restos románicos en Álava, en el las zonas donde el
eremitismo y los monasterios prerrománicos existieron (Valdegovía, Treviño y
Montaña Alavesa) y en torno a los dos monumentos más importantes del románico
vasco, la basílica de Armentia y el
monasterio de Estíbaliz. La Asunción
de Tuesta y San Juan de Marquínez, completan lo más granado de esta pequeña
selección de monumentos protegidos desde antiguo (1931) por su antigüedad e interés
histórico y artístico.
El
Románico fue la estética de la época feudal. En un tiempo de enfrentamientos y
luchas castillos y torres fuertes, perfilaban el territorio. Igualmente se
conciben los templos, como verdaderas fortalezas de Dios.
En
cuanto a las fortalezas de los humanos poseemos numerosos ejemplos de
arquitectura monumental fortificada con sus respectivas declaraciones, que
podemos dividir en varias tipologías: Castillos,torres
y casas-torre, recintos fortificados de villas medievales e iglesias-fortaleza.
El
mundo del castillo no fue en nuestro territorio tan representativo de la
arquitectura fortificada como en otros lugares. Restos de castillos
interesantes son los de Portilla, Ocio o
Astúlez.
Vinculados
al proceso de fundación de villas (fueros de los siglos XII, XIII y XIV) nos
encontramos en Álava con recintos fortificados de interés (conservando
murallas, puertas y otros elementos, de manera desigual) y con cascos
medievales conservados y dignos de tenerse en cuenta tanto desde el punto de
vista urbanístico como arquitectónico. Tales son los casos de Vitoria-Gasteiz,Laguardia, Labraza,
Salinillas de Buradón, Labastida, Salvatierra-Agurain, Antoñana y Bernedo,
por citar los más antiguos y principales.
A
la vez que se estaba produciendo el fenómeno de agrupación poblacional
promovido por los reyes (como en el resto de Europa) en un intento de frenar el
poder y la ambición de los señores de la tierra, es decir, promoviendo el
renacer de la ciudad, en Álava se levantan numerosas construcciones fuertes:
casas-torres, murallas, iglesia-fortaleza…la investigación de Dña. Micaela Josefa
Portilla Vitoria respecto a las torres y casas fuertes en Álava fue fundamental
para conocer la historia medieval de nuestro territorio y también para la
revalorización de estos elementos monumentales, conocidos de manera genérica
pero, a partir de entonces, de una forma más científica, con división en
tipologías, etc. En el origen del Centro de Patrimonio Cultural Vasco (1991)
estos inmuebles ocuparon el segundo lugar en número y entidad, tras el patrimonio
religioso. Las torres de Mendoza,
Mártioda, Guevara, Quejana, las dos de Fontecha y la de los Varona en Villanañe,
son Monumentos desde 1984. Otro dato que revela la importancia concedida a
estos inmuebles patrimoniales se observa en la señalización de los Monumentos
en Euskadi, colocando la primera placa en acto institucional en la alavesa
Torre de Mendoza, solar de la familia de los Mendoza, muy poderosa a lo largo
de la Edad Moderna.
Las
casas-torre son edificios de grandes dimensiones que, por su verticalidad,
destacan sobre el resto del caserío en el agro alavés. Fueron construidas por
la nobleza con jurisdicción y formaron parte del sistema de apoyo militar en
las luchas banderizas, que en Álava se dirimían entre los Guevara y sus fieles
(bando gamboíno) y los Mendoza y los suyos (bando oñacino). El estudio de las
torres y casas-fuertes va más allá de la historia local pues están directamente
relacionadas con la historia medieval de los reinos de Castilla y Navarra, dada
la estratégica situación de las tierras alavesas entre ambos reinos.
La
cronología más fecunda para este tipo de construcciones va del siglo XIII al
XV. Existen torres tardías que realmente son palacios torreados, como la torre
de los Molinillo-Velasco en Artziniega.
Lo
cierto es que este tipo de construcción, con sus blasones y elementos militares
tuvo una gran perdurabilidad en nuestro territorio. Como vivienda noble se
mantuvo incluso hasta el siglo XVII en algunos casos. La función simbólica (el
poder y superioridad de un determinado linaje sobre el resto de la población)
es la que hizo perdurar las formas y elementos fortificados hasta el
anacronismo.
Son
escasas las casas torres urbanas que han perdurado hasta el día de hoy, la
torre al interior de la popularmente conocida como “Casa del Cordón” en Vitoria-Gasteiz es un ejemplo singular desde
el punto de vista artístico pues ese trata de
un ejemplar únicoque conserva la planta noble con la cubrición original,
una bóveda pétrea estrellada y policromada de gran belleza, dentro del estilo
Gótico.
Finalmente
existen iglesias monumentales en nuestro
territorio que tienen un aspecto castrense pues devienen de castillos y torres:
Sojo, Elvillar, Samaniego o Urbina de
Basabe.
La
cultura del Gótico dejó una profunda huella en las manifestaciones
arquitectónicas del País Vasco, tanto en los elementos fuertes mencionados
como, sobre todo, en los templos.
El
Gótico se extiende desde Álava a los vecinos territorios de Bizkaia y Gipuzkoa.
Desde finales del siglo XIII, pero especialmente en el siglo XIV se levantaron
soberbios templos en las recién creadas villas en relación con dos focos de influencia:
Pamplona y Burgos. San Juan y Santa
María de los Reyes en Laguardia, así como San Pedro y Santa María de Vitoria, son
ejemplos de este primer quehacer gótico con sendas declaraciones en 1931.
El
Gótico fue una manera nueva de ver la vida. Dentro de una sociedad sacralizada
pero animada por las órdenes mendicantes y las Universidades, el ser humano
adquiere mayor confianza en sí mismo y se produce el acercamiento Hombre- Dios.
Este fue el acicate para la verticalidad del estilo. Las catedrales góticas,
comenzando por Francia, son las mejores representaciones de una nueva época. La
luz que por las vidrieras polícromas inunda el templo significa la presencia
del mismo Dios entre los seres humanos.
El
arte gótico se desarrolla hasta el siglo XVI en la arquitectura religiosa. Es
el momento del perfeccionamiento del oficio de la cantería, donde los artistas
vascos destacaron especialmente en el siglo XV. Álava fue viendo como poco a
poco todos los templos abrazaban esta estética. Incluso algunos anteriores,
manteniendo sus cabeceras románicas, recrecen en gótico. Destacan las fábricas
de la parroquia de Santa Cruz de
Campezo, de San Juan y Santa María de Salvatierra-Agurain, entre otras
muchas.
La
inercia del Gótico hizo posible que en pleno Renacimiento, en el siglo XVI, se
levantaran templos cuyas bóvedas seguían siendo nervadas, pero los pilares se
sustituyeron por columnas y el espacio se uniformizó entre naves, se trata del
fenómeno conocido como de “iglesias de salón, columnarias o gótico vasco” mucho
más abundante en el resto del territorio vasco donde el gótico fue más tardío
que en Álava. En Vitoria-Gasteiz tenemos un importante monumento de esta
tipología: la parroquia de San Vicente
Mártir.
La
escultura monumental en portadas de templos góticos es de gran calidad,
especialmente sobresaliente es la portada
policromada de Santa María de los Reyes de Laguardia.
Otras
artes van a engalanar estos soberbios edificios. La pintura mural se ha perdido
en muchos casos pero destacamos las
pinturas del siglo XIV de las parroquias de Alaiza y Gaceo. Recientemente
se ha incorporado al estudio del arte monumental alavés el de la pintura mural
del siglo XVI, de la mano del profesor D. Pedro Luis Echeverría Goñi. Existe en
Álava una buena muestra de pintura mural de distintas características y formas
(desde decoración de bóvedas al fingimiento de retablos) que hizo posible el florecimiento
de profesionales en esta materia dada la demanda para tantas iglesias que no
podían permitirse construir, por ejemplo, retablos. Ejemplos muy interesantes
son: las pinturas del presbiterio de la
parroquia de Gardélegui, las de las bóvedas de Urbina y las de Ollávarre.
A partir de
estos momentos se añaden al arte monumental alavés los retablos. Los retablos son muebles litúrgicos diseñados como
sermón visual y escenario del sacrificio. Se trata de unas obras de
arquitectura compuestas por piezas, generalmente de madera, que se realizan en
función de un altar, el sacrificio de la Eucaristía y la celebración de la
misa. Albergan imágenes pintadas o de talla que representan en serie o aisladas
una historia. Más de una veintena de retablos alaveses tienen la categoría de
Monumento.
Los siglos
de oro de la retablística son los siglos coincidentes con la edad moderna
(siglos XVl ,XVll y XVlll).
Desde el
siglo XV se difunden los grupos escultóricos en forma de trípticos y polípticos.
El más antiguo del País Vasco calificado como monumento es el magnífico políptico de Yurre en Álava. En el
tránsito del siglo XV al XVl ya aparecen
algunos retablos de notables dimensiones, entre los que destaca el retablo mayor
de la parroquia de Elvillar que entra de lleno en el Renacimiento.
Otros
retablos de estos momentos son los de la ermita de La Encina en Artziniega o el
del Dulce Nombre de Vitoria-Gasteiz.
Avanzando
en el siglo XVI se llega al “Romanismo” que es un movimiento a través del cual
se difunden los modelos de Miguel Ángel, y que en el País Vasco está muy bien
representado. Retablos, como el mayor de la parroquia de Estavillo, el de la de
Lanciego, el de Santa María de Salvatierra-Agurain o el de Santa María de
Laguardia son magníficos ejemplos.
El siglo
XVI se manifiesta plenamente renacentista por promoción civil. Hombres de
origen vasco ocuparon puestos importantes en la administración o en la milicia
y levantaron en su tierra palacios y capillas. Un conjunto único en nuestra
tierra se localiza en Vitoria-Gasteiz. Son los
palacios de Escoriaza-Esquivel, de Aguirre (hoy Montehermoso), de Salinas (hoy
de Villasuso) y el Palacio de Bendaña. Todos ellos se organizaron a partir
de patio interior mayormente de arquerías.
Así como la
actividad constructiva vive su siglo de oro de mediados del XV a mediados del
XVI, durante la centuria siguiente se observa un retroceso debido a la crisis
económica generalizada durante los reinados de los últimos Austrias. No
obstante, el Barroco también ha dejado en Álava interesantes conventos,
palacios (especialmente valioso este patrimonio civil en Rioja Alavesa), nuevas
tipologías edificatorias como casas consistoriales (ayuntamiento de Labastida) y
sobre todo magníficos retablos.
Especial
mención hay que hacer del convento de la
Purísima, hoy conocido como de San Antonio en la capital alavesa. Con la
construcción de su iglesia se instaura en el País Vasco en primer barroco, el
barroco desornamentado castellano, así como la manera de tallar retablos del
gran taller vallisoletano de Gregorio Fernández. Desaparecido el retablo
original de este convento, se yergue como su digno sucesor el maravilloso retablo mayor de la parroquia de San Miguel Arcángel de nuestra
ciudad.
El retablo mayor de la Asunción de
Labastida es del último barroco, del “churrigueresco”. En él se inaugura la
columna salomónica que tanto éxito tendrá en la retablística vasca posterior.
Dentro de este patrimonio diremos que también son monumentos el retablo rococó de Salinillas de Buradón
y, como epílogo, el neoclásico de San Pedro de Araia.
Maravillosa
pintura mural barroca se produce en las parroquias riojanas de Moreda,
Labastida etc.
Con el
Neoclasicismo comienza una nueva época en la historia del patrimonio
arquitectónico y urbano. De 1750 a 1840 la arquitectura ligada al proceso ilustrado no
se limita a un cambio de estilo, es algo
completamente nuevo: la dimensión
funcional determinará el hecho urbano.
El empuje
demográfico, la prosperidad económica y el impulso de la Real Sociedad
Bascongada de Amigos del País, harán posible un desarrollo urbano como no se
había producido desde el proceso de fundación de las villas en la Baja Edad
Media, así como un espectacular desarrollo de la arquitectura civil.
Vitoria-Gasteiz en este momento es ejemplar, llevando a cabo toda una
renovación urbana, comenzando por la creación de la primera plaza mayor gracias
al ingenio del mejor de los arquitectos neoclásicos del Norte Peninsular: Justo
Antonio de Olaguíbel. Éste, apoyado por
el entonces Alcalde ilustrado D. Ramón Mª de Urbina y Gaitán de Ayala Marqués
de la Alameda, pudo realizarla. El salto de la colina al llano se produce en
estos momentos en la ciudad con la
construcción de los Arquillos, del Nuevo Teatro, del Palacio Foral, del
Instituto de Segunda Enseñanza, la Cárcel y el parque de la Florida.
Vitoria-Gasteiz vivirá una verdadera época de desarrollo arquitectónico y
cultural hasta mediados del siglo XIX. Plaza
Nueva y Arquillos son monumentos declarados en el año 1984.
Finalmente
mencionar el templo de mayores dimensiones del patrimonio alavés: la Concatedral de María Inmaculada, Madre
de la Iglesia, conocida popularmente como Catedral Nueva. Este templo, de
turbulenta historia, es el único levantado (a partir del proyecto de Julián
Apraiz y Javier de Luque) como catedral en el País Vasco. Una obra neogótica
donde ese historicismo y la vanguardia del modernismo en la escultura de la
cripta ponen de manifiesto la tradición y el progreso como debate artístico de
esos momentos.
Arabar arte-historiako ikerkuntza eta zabalkuntzarako galera. Goian Bego Susana. Triste noticia la del fallecimiento de una socia notable de Celedones de Oro. Sin duda una gran pérdida para la investigación y difusión del arte religioso de mescansa abrazada por fín a Carlos y Gonzalo.
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