miércoles, 27 de junio de 2018

JOSE MARDONES - ALBINA MADINABEITIA


Mardones, en papel de Ramfis (Aida)
Ehun eta berrogeita hamar urte betetzen dira aurten Jose Mardones izen artistikoarekin ezagututako opera abeslari  arabar handia jaio zela. Garcia de Mardones Ortiz de Pereda abizenetako fontetxatarra 1868ko abuztuaren 14an munduratu zen eta bere ibilbide artistikoak munduko antzokirik garrantzitsuenetan abestera eraman zuen. Opera profesionalen arteko baxurik ospetsuenetakoa izan zen arabarra, kritika espezializatuaren esanetara. 

 Gaurko ekarpenaren bidez, Mardonesen gaineko albiste bat ekarri nahi dut txoko honetara. Opera abeslariak 1928ko abuztuaren 4an Gasteizen eman zuen kontzertu bat eta egun hartan, berarekin batera, goi mailako beste artista bat aritu zen, Albina Madinabeitia biolin jole arrasatearra. Madinabeitiak 18 urte zituen baina bere ospea estatu osora hedatzen zen ordurako. 


Se cumplen ciento cincuenta años del nacimiento de, seguramente, el cantante lírico más sobresaliente que ha surgido en Álava. Me refiero, obviamente, a José Mardones,  nacido en Fontetxa el 14 de agosto de 1868. Su trayectoria artística le llevó a actuar en los principales escenarios operísticos del mundo y fue considerado como el mejor bajo de su época.

En mi aportación de hoy quiero traer al lector una noticia sobre la actuación en Vitoria el 4 de agosto de 1928 de Mardones, acompañado aquella vez en el escenario por la gran artista que fue la violinista nacida en 1910 en Mondragón, Albina Madinabeitia, quien para entonces extendía su fama por todo el estado, habiendo sido considerada con el violín como niña prodigio. 

Mardones había pasado momentos malos, con una afección de garganta, y durante una temporada dejó de actuar. En 1928 volvió a cantar y es entonces cuando realizó una gira por el País Vasco. Una de aquellas actuaciones es la que le trajo a la capital alavesa. Y El Heraldo Alavés, en su edición del 4 de agosto decía, tras el título “Albina Madinaveitia y Mardones aclamados”: 

“Vitoria y Álava se han honrado hoy al llenar en su casi totalidad nuestro elegante Nuevo Teatro. Han dado muestras de poseer un sentido artístico y un gusto depurado, y los asistentes han recibido el premio a su sacrificio, pues no obstante los precios, elevados para lo que estamos acostumbrados en Vitoria, nadie ha salido pesaroso ni cansado. No hemos oído ovaciones tan continuas y largas como las hoy prodigadas. El insigne artista se mostraba satisfecho. 

¿Qué ha parecido Mardones? Sencillamente colosal. No hubo exageración, quizás todo lo contrario, en lo que de nuestro paisano hemos leído en revistas y periódicos del otro lado del Atlántico; es Mardones cosa única en su arte. Una garganta privilegiada, unas facultades en pleno apogeo, una escuela de canto formidable, así, formidable, y un dominio en los registros todos que entusiasman al más profano. Aquella “Canción de los Hugonotes” cúmulo de dificultades para un bajo, motivó su interpretación a que los ¡bravos! Y ¡vivas! atronasen el teatro.

La composición del programa fue un alarde por parte de nuestro Mardones, de dificultades y escollos. Mas ¿qué importa? Si desde el trono alto en que su voz se confunde con la de un buen tenor hasta las notas más bajas más profundas, todo lo domina. En los bajos se confunde el sonido de su privilegiada garganta con el de un bien construido órgano” 

Mardones cantó en la primera parte el aria “Di sposo… di padre” de A.C.Gomes; ”Le Cor” de A. Flegier; en la segunda: Romanza “Ilacerato spirito” de G. Verdi; y en la tercera: la cantiga “Una noite na cira do trigo”, y el zortziko “La del pañuelo rojo” de A.Aguirre.

Y quedaba la  otra actuación estelar de la mañana, Albina Madinabeitia, quien
Albina Madinabeitia, 1928
interpretó: Aria de Bach; Aires bohemios de Sarasate; Caprichos XIII y  XX de Paganini; y Polonesa brillante de Wieniauski.  De su actuación escribió el cronista de El Heraldo de Álava:
 

Nos queda poco espacio ya para alabar cual se merece la bellísima artista Albina Madinaveitia. Decir que estuvo insuperable, dominando el violín, es poco; es la dominadora del difícil instrumento, con su arco ha sabido pulsar con su instrumento el de todos los concurrentes. Y no fue nada lo que volcó sobre el programa. Obras conocidas porque los grandes ejecutantes las ponen en sus tournées, como para muestra y gala de sus facultades. Bach, Sarasate, Paganini, Wieniauski, -¡unos casi indocumentados!- tuvieron acertada interpretación en las excepcionales condiciones de la hermosa guipuzcoana. 

Aguardan a Albina días de gloria; aún está en el pórtico del triunfo, pero hay que asegurar que su dominio en el violín y sus aptitudes verdaderamente extraordinarias, le franquearán en poco tiempo los goces de un triunfo arrollador. La acompañó el pianista de Eibar don Juan Figuerido, con notable gusto, así como al bajo alavés le acompañó el viejo maestro señor Tabuyo, que tantos y tan buenos discípulos va creando con sus especiales condiciones de aptitud musical. 

El público a todos hizo salir al final del concierto para prodigarles la gran ovación, justa, merecidísima. Y nosotros se la prodigamos al mismo tiempo que ensalzamos al público que supo acudir a esta fiesta imborrable de arte y cultura” 

No me resisto a copiar unos párrafos de lo que el reconocido musicólogo vitoriano José Uruñuela escribió sobre el concierto, en el periódico La Libertad, el 6 de agosto: 

“La voz de Mardones, potente y sonora, ágil y flexible, provista de color y de matiz, posee como una de sus excepcionales características un ámbito extensísimo; lo mismo sostiene con naturalidad una nota grave y densa, como se dilata por la tesitura del tenor, y con un timbre uniforme alcanza en ella alturas impropias de su cuerda. Pero a todo ello hay que agregar un gesto y una técnica personal. Una valentía del gesto que cautiva al oyente. Mardones es un artista. Hacer sentir es patrimonio de muy pocos.

Albina Madinaveitia, la ya familiar artista, nuevamente puso una nota vibrante y fina en el concierto. Artista que comienza – con innegable temperamento y técnica limpia y ágil- siempre interesa y conmueve. Su arte es ante todo femenino. Y esto que en un varón pudiera ser, en cierto sentido, negativo, en ella adquiere un acento personal no desprovisto de encanto. Su interpretación del Aria de Bach nos dio nuevamente una confirmación de lo indicado. Reciba la gentil artista nuestra aclamación calurosa” 

Tras el concierto tuvo lugar  un almuerzo en honor de Mardones, organizado por el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación de Álava. Se desarrolló en el Hotel Frontón y para la muy reducida asistencia por invitación se sirvió un menú a todas luces excelente: Entremeses; revuelto de perrechicos; langostinos salsa tártara; pollo salteado a la inglesa; espárragos vinagreta; jamón en dulce y gelatina; huevo hilado; mantecado; tarta de yema; frutas, quesos; vinos variados; cafés, licores y habanos. Además de las primeras autoridades locales y provinciales asistieron al almuerzo Albina Madinabeitia y su tío Cruz Madinabeitia, como tutor de la aún menor de edad.

El alcalde Montoya entregó a Mardones  en nombre del Ayuntamiento y Diputación un pergamino confirmándole al cantante su nombramiento como hijo ilustre de Alava.
 Josemari Velez de Mendizabal
Argazkiak /Fotografías: JMVM

3 comentarios:

  1. En este enlace se puede escuchar la preciosa voz del bajo cantante de Fontecha, José Mardones cantando el zortziko "La del Pañuelo Rojo"

    https://drive.google.com/open?id=0B52bkoeNB2ELRmZmeXA5YTQ3YUdUWnpiaklIdXBvTGQ2amdF

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